Coronavirus en Asturias | Cabueñes, al borde del colapso con hasta 60 horas de espera para una cama

La tensión es máxima en Cabueñes. El hospital gijonés está sobrepasado por la situación epidemiológica y al borde del colapso. En Urgencias se vivieron ayer momentos dramáticos. La saturación fue tal que en la planta cero, donde los pacientes esperan para ser ingresados, llegaron a reunirse a la espera de una cama unas treintena personas, tanto casos confirmados por PCR como con sospecha covid que estaban a la espera del resultado de la prueba. Fuentes sanitarias precisaron a EL COMERCIO que uno de ellos llevaba hasta 60 horas esperando, el resto entre 42 y 47 horas. Esta situación se debe al cuello de botella provocado «por la mala organización y la falta de previsión», aseguran los sanitarios. «Al no tener camas disponibles en planta, la zona de aislamiento donde esperan a ser ingresados no se despejó, mientras a Urgencias seguían llegando pacientes, que una vez atendidos, tenían que esperar en esa planta 0», explican los sanitarios.

El Sindicato Médico Profesional de Asturias critica que el gerente del Área Sanitaria V, Manuel Bayona, «aún no ha abierto ninguna planta para alojarlos». Por otro lado, fuentes sanitarias proponen dos soluciones: la primera, «abrir alguna planta», y la segunda «aunque no es lo deseable, poner camas supletorias para que los pacientes no estén hacinados». Al mismo tiempo hablan de «hacinamiento de pacientes en salas y pasillos» en Urgencias. La total «falta de intimidad ante la escasez de salas de exploración». También, la falta de «medios y de seguridad», que obliga a los facultativos compartir ordenador y hasta fonendoscopio. Y del poco personal, con «tan solo dos adjuntos y un residente para ocuparse del servicio». En este sentido, hay médicos que advierten de que «en Urgencias no nos asusta el volumen de pacientes, estamos acostumbrados a tener más de 200, lo que nos preocupa es la falta de seguridad para ellos y para nosotros por la falta de organización», abundaron.

La presión sanitaria se ha situado en niveles extremos, obligando al centro a adoptar decisiones drásticas. Justo ayer el hospital procedió a abrir la nueva zona de urgencias, que permite habilitar dos circuitos, uno para pacientes con síntomas de covid y otro para los no covid. Fuentes sanitarias aseguraron ayer que se están utilizando plantas de pediatría para acoger temporalmente pacientes adultos, extremo que negó la Consejería de Salud se insiste en que «solo hay dos niños ingresados que van a recibir el alta».

La UCI, por su parte, también se encuentra al límite de su capacidad, con 10 de sus 14 camas ocupadas. Mientras, las dos plantas de hospitalizaciones destinadas a enfermos covid, con 14 camas cada una, también están completas con 28 ingresos.

La plantilla de Cabueñes está «extenuada». Ayer expresaron su malestar con una protesta masiva. Denuncian estar viviendo una «situación brutal». Y así lo expresaron en todas las plantas, donde sanitarios de todos los servicios mostraron su descontento por la «falta de organización, medios y personal. Se sabía que en octubre podía venir un desastre y no se ha tenido capacidad organizativa para evitarlo», dicen. El hospital ha comenzado a enviar pacientes a Cruz Roja y al Sanatorio Adaro, en Langreo, mientras mantiene las derivaciones de enfermos coronarios al HUCA (para las pruebas de código infarto) tras detectarse un contagio de covid en una especialista que obligó a poner en cuarentena a nueve profesionales del Área del Corazón.