Cogersa ratifica a su gerente y le da libertad para depurar responsabilidades y reorganizar el consorcio

Orviz asume que debió haber comunicado la situación al consejo de administración desde que lo supo, entre octubre de 2022 y enero de 2023. La mención que hizo del asunto en una de las sesiones, al hablar de una planta siniestrada, no basta. Dado el error propio, la gerente puso su cargo a disposición de los representantes que ayuntamientos y el Principado tienen en el consejo de administración.

Los vocales socialistas y de IU-Convocatoria la refrendaron, mientras que el edil popular del PP de Oviedo, José Ramón Pando, se abstuvo. Su homólogo de Gijón, Rodrigo Pintueles, había tenido que abandonar la sesión poco antes para atender un consejo sectorial de Medio Ambiente que tenía convocado.

La sesión que podía haber terminado con la salida de la gerente acabó al revés: dándole plenos poderes para que depure responsabilidades dentro del consorcio y plantee un nuevo organigrama. «Pensamos que es la persona más adecuada para seguir capitaneando esta gran empresa en los próximos años y afrontar sus retos; aquí no se trataba de buscar cabezas de turco», avaló la presidenta de Cogersa y consejera de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí. «Todos los consejeros, incluido el de Oviedo, han valorado de forma muy notable la gestión de una gran profesional como es la gerente; no creo que salga con merma de confianza sino al contrario», abundó.

Habría sido la propia Orviz quien propuso ir a «una reestructuración importante» de puestos, directivos y departamentos. Para acertar «ha pedido poder contar con un asesoramiento externo». La primera decisión pasa por crear un comité de dirección. «La gerencia necesita un colegio de directores, de personas que la apoyan en la gestión; en cualquier empresa de este tamaño las decisiones no las toma la gerente ni el director económico, ni el de recursos humanos, sino el comité, se hablan las cosas y se deciden y defienden de forma colegiada», defendió Roqueñí.

Desde su nombramiento, hace cuatro años, una seña de identidad de Orviz ha sido ir haciendo constantes reajustes en la estructura que heredó de Santiago Fernández, el ingeniero que estuvo a los mandos de Cogersa desde su fundación y durante 37 años. En los últimos tiempos se venía hablando en círculos socialistas de la existencia de rencillas y divisiones internas en la organización a las que urgía poner fin.

Hace dos semanas Orviz ya dejó pistas, al sostener que la organización del consorcio «debe responder a la realidad de una entidad que ha crecido mucho, un 65% de personal en dos años y prácticamente ha duplicado su patrimonio». Entendía que Cogersa requiere «personas acordes a los retos» y dejó caer que hay en la plantilla quien «tenía una manera de trabajar o gestionar propia de cuanto la empresa era mucho más sencilla». Esa realidad «tiene que acomodarse con nuevos perfiles con una estructura distinta» para ganar en agilidad, apostó.

Ahora, confirmada en su puesto, Orviz ha recibido la misión de avanzar en esa línea. Con los cambios de destino y perfil «tendrá que depurar hacia abajo las responsabilidades, si las hubiera», abundó Roqueñí.

El informe de investigación sugiere un mal reparto interno de responsabilidades e información. Según relata, en abril de 2021 Mapfre mandó un burofax recordando que en cinco meses terminaba su contrato de seguro de riesgos y anticipando que no quería renovarlo. Era responsable del contrato y jefa del área Económico-Financiera B. M, que no previno a la gerente. En septiembre «ante la imposibilidad» que el corredor da de lograr una póliza con la que relevar a Mapfre, se fuerza una prórroga obligatoria con esta compañía, legal y que expiró el 31 de marzo de 2022. Ese día Cogersa se quedó sin seguro de daños.

En julio el corredor da con una empresa que aseguraría a Cogersa por 669.880 euros de prima, cuando antes pagaba 169.328. B. M. entonces directora de organización, considera el precio excesivo y no promueve su licitación. «Efectivamente fui yo quien decidió en julio de 2022 no plantear la licitación en los términos que planteaba la compañía de seguros y de verdad consid ero que no fue una mala decisión», escribió en un mail. «No me parecía razonable, opinión que compartía conmigo el corredor», agregó.

El 3 de octubre de 2022, tras el incendio de una planta de residuos peligrosos, la gerente descubre la falta de seguro. En diciembre de 2022 y enero de 2023 recibe reportes de sus subordinados de cómo va la búsqueda de aseguradora, sin comunicarlo al consejo de administración.

Las gestiones se vienen prolongando desde entonces, existiendo «dilación», admite.