Cogersa despide a los sesenta operarios de la 'plantona' que se incendió el pasado abril

Hay tres partes concernidas. Cogersa no recepcionó por completo la fábrica porque seguía sin dar los rendimientos pactados con su constructor, Valtalia. Además del adjudicatario, en la 'plantona' había un tercero: Tragsa. En agosto de 2023 el consorcio estimó que lo óptimo era poner a funcionar la instalación un año con trabajadores subcontratados. La solución debía servir para conocer mejor «la sistemática de la operación, los costes reales y las necesidades complementarias, siendo ésta la base para la decisión del modelo definitivo de operación de la planta».

Así lo estipula el contrato formalizado el 9 de agosto pasado con Tragsa, por medio del cual esta sociedad pública debía percibir nueve millones a cambio de suministrar una plantilla de unos 60 trabajadores y correr con parte de los costes de la 'plantona' de ese primer año. Los pagos son mensuales y el contrato, prorrogable un segundo ejercicio.

Tras el suceso, el encargo perdió parte de su función. Las llamas afectaron a la nave de recepción y pretratamiento, dañando estructura, instalaciones y maquinaria. Sin eso no puede funcionar el resto de la 'plantona'. Por ello desde el 14 de abril Cogersa ha vuelto al modelo de gestión que tenía hasta enero: arroja al vertedero la basura que los asturianos dejan en los contenedores que no son de reciclaje.

La sistemática es más barata, si se eliminan gastos redundantes. El 11 de junio Cogersa comunicó a Tragsa que daría por terminado el encargo para explotar la planta con efectos del 31 de julio. «A partir de esa fecha, Tragsa y su personal dejarán de estar presentes en la instalación», confirma el consorcio. A finales de junio cerca de la mitad de esa plantilla subcontratada dejó ya de trabajar. El retén que aún queda se dedica a retirar los residuos que aún hay dentro de la nave incendiada, explica la entidad.

De esta manera Cogersa se desvincula de esos cerca de 60 operarios, en lo que es la segunda salida de trabajadores este trimestre; el 1 de abril el consorcio despidió a 25 peones que acababa de subrogarse de Vareser, la empresa a la que tenía encomendada la recogida de los contenedores de papel, envases y vidrio.

Cogersa vive así un periodo de redefinición. La presidenta, Nieves Roqueñí, ya ha dejado caer que el parón del incendio puede ser aprovechado para abrir un debate interno sobre qué modelo conviene para explotar la 'plantona' una vez vuelva a operar. Tres son las opciones: recurrir otra vez a Tragsa, licitar la explotación para que la asuma un tercero, o ampliar plantilla y atenderla con personal propio.