OLAYA SUÁREZ
OVIEDO.
Miércoles, 10 de noviembre 2021, 01:23
Los dos presuntos sicarios tenían la intención y el encargo de matar a Javier Ardines. Es el convencimiento de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. «Tenían intención de matarle, ya solo el golpe en la base de cráneo habría sido mortal, pero ... es que, además, para asegurarse, lo asfixiaron», señaló el teniente de la UCO que testificó a lo largo de tres horas en la larga sesión del juicio por el crimen del concejal llanisco. Lo hicieron, abundó, «en la oscuridad, por detrás y con alevosía, utilizando un bate de béisbol, una pala de pico y lo asfixiaron».
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Sobre cómo se había realizado la investigación durante los seis meses que se prolongó en el tiempo, el teniente de la UCO explicó: «De forma inicial analizamos el entorno personal, laboral y sentimental de la víctima y constatamos que en los dos primeros no había ninguna motivación, a esa conclusión llegamos de hacer muchas entrevistas, entre ellas a más de veinte policías locales e interinos que tenían un conflicto con el señor Ardines tras sacar a concurso público sus plazas».
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A Pedro Nieva llegaron «ya en el inicio de la investigación, después de que la viuda y los hijos nos pusieran en conocimiento la existencia de una grabación realizada por él mismo en la que se ponía de manifiesto una relación entre su mujer y Ardines». Fue semanas después, y cuando ya tenía intervenido el teléfono, cuando supieron, a través de esas escuchas, que Pedro Nieva llevaría al día siguiente a reparar su teléfono móvil a una tienda de Bilbao. Solicitaron autorización judicial y realizaron un volcado de todo el contenido de ese dispositivo. «Fue ahí cuando constatamos que estaba obsesionado y trastornado por la infidelidad», abundó el teniente.
Tuvieron conocimiento del viaje que realizó a Llanes el 27 de julio. Les llamó la atención «porque no iba desde diciembre, desde que descubrió que tenía una relación con Katia», pero ese día regresó a Llanes «con Jesús Muguruza y Djillali Benatia para enseñarle el terreno y entregarle parte del dinero». Fue ese día, «gracias al posicionamiento de los teléfonos móviles de los tres cuando pararon a comer en Pechón, en Cantabria», cuando llegaron hasta Djillali. «Lo constatamos al ver las más de 100 llamadas que las horas siguientes al crimen hizo a Muguruza», abundó.
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A ello se sumó, «el detallado relato que hizo el propio Djillali tras la detención y también en la sede judicial en el que aportó todo lujos de detalles y que solo podía saber alguien que hubiese estado allí». Relató que Muguruza contactó con él para ofrecerle el encargo «de matar» a Javier Ardines y que lo hizo acompañado de Maamar Kelii. También hizo una confesión Muguruza, si bien fue anulada posteriormente por el recurso interpuesto ante el TSJA por un defecto de forma.
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Precisamente otra nulidad, la de las declaraciones de los dos tenientes de la UCO que declararon, fue la que solicitó al presidente de la sala el abogado que defiende a Maamar Kelii por, a su parecer, «infringir la ley de enjuiciamiento criminal por hablar con otros testigos antes de su declaración», en referencia a la conversación que mantuvieron con funcionarios de la Comandancia de Gijón a las puertas de la Audiencia Provincial, en Oviedo. «No hemos hablado del contenido de las declaraciones que realizaron», aseguró el teniente. El magistrado rechazó esa nulidad solicitada por el abogado.
El tercero y último en declarar fue uno de los agentes de Criminalística de la Comandancia de Gijón que participó en la inspección en el lugar del crimen y también en el registro efectuado en el domicilio de Maamar Kelii. Respecto a este explicó que habían localizado dos sprays de pimienta, con sustancia coincidente con localizada en las vallas de Pría, así como dos defensas eléctricas, navajas, una barra de hierro y munición, además de una docena de teléfonos móviles. «Llamaba la atención todos los que nos llevamos», asegura.
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Señaló que la sustancia que apareció en una de las tres barreras de obra que los sicarios colocaron en mitad del camino de Pría coincidía con la recogida en casa de uno de ellos y explicó que «esas vallas habían sido retiradas de una parcela en la que había muchas otras abandonadas y a la que se podía entrar fácilmente», ya que estaba abierta y justo al lado del camino de paso.
El juicio se retomará el jueves con la declaración de más guardia civiles. En la primera semana de la celebración de la vista oral se acumula ya un importante retraso respecto al calendario de declaraciones previsto, y eso que durante la mañana de ayer el presidente de la sala apremió a los abogados para que «no se repitiesen en las preguntas».
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