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GUILLERMO MAESE, SANDRA FERRERÍA Y OMAR ANTUÑA
GIJÓN.
Domingo, 23 de agosto 2020, 01:32
La hostelería asturiana fue estricta en el cumplimiento de la norma. En el primer viernes de obligado cierre a la una de la madrugada fueron un ejemplo de civismo y orden público. Así lo certificó EL COMERCIO, que acompañó al sector hostelero en el controvertido ... y discutido temprano cierre de sus negocios.
En Gijón, porque es Gijón y porque es agosto, las terrazas presentaban un gran aspecto. Difícil era encontrar sitio libre en el barrio de El Carmen, la plaza del Marqués, Fomento y Cimavilla. El gran ambiente que presentaba la cuidad en la medianoche hacía difícil imaginar que se pudiera producir en hora el desalojo y la recogida de las terrazas.
Policía Local y Nacional patrullaron las calles constantemente. Los requerimientos para hacer cumplir la obligatoriedad de llevar mascarilla fueron, sobre todo a jóvenes en la zona de Fomento, fueron una constante. «Parece que no va con ellos», comentaba un matrimonio mientras observaba a un grupo sin mascarilla.
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Y como de un toque de queda se tratara, a la una de la madrugada se vaciaron las calles. Los hosteleros cumplieron con su parte. Fueron por el libro: a las doce de la noche dejaron de servir y recibir nuevos clientes y a la una de la madrugada estaban cerrados.
El mismo relato podría extenderse a la ciudad de Avilés. Su casco antiguo presentaba un gran ambiente, y su desalojo a la una de la madrugada se produjo sin incidentes. «Los clientes han sido comprensivos», aseguraba Jorge Álvarez-Estrada, encargado de El Colonial. La candidatura a la presidencia de Otea, Asturias con H, califica sin embargo la medida como «nuestra ruina».
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«Ahora toca ir de retirada». Esa fue la frase que más se escuchó en Oviedo pasada la medianoche. Los ovetenses y turistas cambiaron sus costumbres de cenar y acercarse al Oviedo Antiguo a tomar una copa por una pequeña sobremesa. «Ahora se nota más gente por los turistas, pero cuando quedemos solo los de aquí no sé qué pasará. El que sale de trabajar no llega al bar hasta casi las once para cenar, y cerrando a la una no da tiempo a nada», explica Pedro Camares, propietario del restaurante La Finca, en Gascona.
En la capital asturiana la Policía Local intervino en tres establecimientos por incumplir el horario de cierre. Las intervenciones fueron en la calles Doctores Vega y La Busdonga y avenida del Mar. También se disolvieron dos botellones, uno en el parque de Invierno y otro en la plaza del Paraguas.
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