Óscar Puente niega el caos y dice que «el tren vive en España el mejor momento de su historia»

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Ramón Muñiz

El máximo responsable en materia ferroviaria compareció esta mañana en el Senado a petición del PP para dar explicaciones sobre las incidencias registradas en los últimos meses. Incidencias que Puente no negó, asumiendo que está siendo un verano «muy complicado» en este sentido. De hecho, comenzó su intervención pidiendo disculpas a los usuarios por los problemas y retrasos registrados y se comprometió a seguir trabajando para reducir este tipo de inconvenientes. Eso sí, aclaró que todas ellas tienen explicación. Lo primero, vinculó muchos de los problemas que existen actualmente en la red ferroviaria a la falta de inversión durante el Gobierno de Mariano Rajoy, mientras que admitió que otras son «coyunturales» precisamente como consecuencia de las inversiones que está ejecutando su departamento.

En especial las obras de la estación de Chamartín, que afectan directamente al servicio de alta velocidad entre entre Asturias y Madrid, y donde más incidencias se detectan y mayores consecuencias tienen ya que el número de viajeros se ha multiplicado por cinco en los últimos cinco años en esta estación. «Con estas condiciones, no ya cuando se produce un incidente grave, simplemente cuando se retrasan 10 minutos tres trenes, la estación no da cabida a tantos pasajeros, por eso se está ampliando», razonó. «Nos estamos viendo obligados a prestar el servicio en 2024 para el número de pasajeros que estaba previsto para la estación de Chamartín en 2040. Esa es la realidad», anotó el ministro, quien «rogó» paciencia y comprensión. «No estamos cruzados de brazos, estamos invirtiendo más que nunca».

El responsable de Transportes también explicó durante su intervención el cambio en la política de indemnizaciones de Renfe, por puntualidad. En concreto, hasta el pasado mes de julio, el operador estatal devolvía el 50% del coste del billete en caso de 15 minutos de demora y el 100% si era más de media hora. Desde ese momento, ya solo devuelve lo que exige la legislación, el 50% del precio si el retraso es de más de 60 minutos; y el 100% si supera la hora y media. «Estamos en un escenario de mucha obra de infraestructura con un sistema muy tensionado. Era un suicidio económico para la compañía» porque, tal y como anotó, el año pasado Renfe gastó 42 millones de euros en esas compensaciones económicas. «Mantener ese compromiso era una irresponsabilidad. Renfe tiene que cuadrar sus cuentas y no lo tiene fácil. Entre las tres operadoras se pierden más de 330 millones cuando antes la alta velocidad daba beneficios«, dijo.