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Los vecinos de la zona rural de Cangas del Narcea están preocupados hoy, más que ayer. El incidente de Sanande viene a demostrar que «osos hay muchos más de los que dicen», como indica el alcalde de barrio de Moal y dueño de un cortín (estructura circular de piedra que se construye desde tiempos inmemoriales en la zona para proteger las colmenas de los osos), Toño Rodríguez.
«Ese oso, el de Sanande, olió sangre y ahora sabe que es fácil cazar a humanos, lo tendrán que eliminar», sentencia, a la vez que pronostica que «la gente va a coger miedo» de adentrarse en el monte. Sin ir más lejos, su propio hijo, Alberto, «tuvo que escapar hace un año a la carrera de uno, que le entró por detrás (en posible actitud de caza) en un bosque del puerto del Connio. el oso iba a por él».
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Toño, como todos los profesionales de la miel del suroccidente, es herededo de una pugna milenaria con el oso, pero por lo mismo es también depositario de un conocimiento basado en la experiencia de los antepasados y en la del día a día. Indica Toño que «este año ha habido poca castaña y los osos se encuentran sin comida en el bosque. Se les ve pastando hierba en los prados y también muchos excrementos en los caminos, con hierba».
El oso come hierba cuando no tiene otra cosa con la que saciarse, y en esa situación es más peligroso. Además «están en época de celo. Mi mujer y yo hemos visto muchas marcas recientes de oso en la corteza de los árboles cercanos a Moal, y en el pueblo les hemos visto varias veces. Donde la capilla (en la salida hacia Muniellos), le vimos hacia las diez de la noche, pero en las antiguas escuelas (zona más céntrica del pueblo) incluso a las dos de la tarde. En el bosque he tenido dos encuentros recientemente con el oso, pero las dos veces huyó«.
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