«Solo me interesó el dinero de mi tía para pagar sus cuidados»

Aunque esto fuera verdad, lo cierto es que hasta en dos ocasiones preguntó al banco por la situación económica de María Isabel Suárez, pero la entidad no le facilitó la información al carecer de autorización. En cualquier caso, no solicitó esta información en beneficio personal, dijo ayer. «Solo me interesó el dinero de mi tía para pagar sus cuidados», apunta. Siguiendo con esta argumentación, aprovechó la ocasión para humanizarse. «Soy madre y cualquiera que haya tenido que atender a una persona dependiente sabe el gasto que supone», afirma. En este contexto, surge la duda de cuál fue el motivo por el que no le preguntó directamente a su tía sobre sus ahorros. No lo hizo porque «padecía un deterioro cognitivo incipiente», comenta. Poco después alegó que «mentalmente estaba en perfectas condiciones», lo que incrementó la tensión en el plató. En ese momento, Palomino caía en una clara contradicción, al afirmar que «selo tenía problemas de movilidad».

Tampoco fue mucho más convincente cuando le preguntaron por los 140.000 euros que su marido guardaba en la vivienda. «Cada uno con su dinero hace lo que quiere». Si bien esta tesis es irrefutable, lo cierto es que tampoco sirve para esquivar las sospechas. Por ello, se le insistió sobre esta cuestión. «Ya le he dicho que no tengo nada que añadir», sentencia tajante.

El tono afable que quiso mostrar al inicio de la entrevista comenzaba a desaparecer y era reemplazado por reproches. «Da la sensación de que la gente ya me ha puesto la condena, pero recuerdo que lo que hay que demostrar es mi culpabilidad», señala.

La tensión en el plató del programa seguía subiendo cuando tenía que explicar los 8.800 euros que se transfirieron el mismo día que falleció María Isabel Suárez de la cuenta de su tía a la que Arantxa comparte con su marido. «Lo único que puedo decir es que no he tocado la herencia», apunta. Desde su punto de vista, las cuestiones económicas son el móvil «de la persona denunciante». Si no fuera por eso, cree que jamás se habría abierto una investigación porque su actitud, a su juicio, fue siempre modélica. Además, «mi tío ya emprendió acciones legales por algo similar contra mi madre. Ella ganó el juicio, pero perdió años de vida», afirma.

Arantxa Palomino desea que se esclarezcan cuanto antes los hechos para salir del «infierno» en el que se encuentra. «Quiero que esto pase rápido y se sepa toda la verdad. Tengo plena confianza en la justicia», apunta.

Tras escuchar esto, lo normal sería deducir que no duda de la autopsia realizada. Sin embargo, esto no es así. «Puedo asegurar que mi tía no ha sido envenenada», afirma. Los forenses han detectado etiología homicida y descartan que la muerte de María Isabel Sánchez se pudiera deber a factores accidentales. «Yo no digo que no haya sido intoxicada, lo que no entiendo es por qué se sostiene que ha habido voluntariedad», comenta. Posiblemente, haya influido que los niveles de cadmio fuesen 200 veces superiores a su cantidad normal, mientras que los valores de manganesomultiplican por veinte el parámetro estándar. «¡Yo no sabía ni lo que era el cadmi! ¡Cómo lo iba a tener en casa!», se pregunta.

Al ver que esta última reflexión planteaba más dudas, deslizaba una tercera posibilidad. «Yo sé que ni yo, ni mi marido la envenenamos. Si alguien hizo eso, tengo claro que fue una tercera persona», apunta. Sin embargo, en los días previos nadie más se había encargado de sus cuidados, a excepción de la asistenta que tenían contratada.

Por otra parte, aunque las diligencias policiales observan un «maltrato y descuido hacia la víctima», Palomino señala que «nunca le faltó de nada». Así pues, «no la incomuniqué como algunos dicen, y todas las consultas médicas avalan mi implicación», zanja.