Los ancianos que viven en residencias saldrán a la calle desde el domingo con medidas de seguridad

En este sentido, el Principado ya se está preparando para una medida que afecta a unos 13.000 residentes de la región. La consejera de Derechos Sociales y Bienestar, Melania Álvarez confirmaba anoche a EL COMERCIO que ya «estamos trabajando para intentar que el domingo se puedan llevar a cabo los primeros paseos siempre garantizando al máximo la seguridad de los residentes». La consejera, recordando las palabras de su intervención en el pleno de la Junta General de ayer, incidió en que «aquí como ya hemos dicho, nos ponemos en su piel y flexibilizaremos paseos, visitas y nuevos ingresos, en el marco de la organización de la nueva normalidad».

Fernando Simón reconoció que el hecho de que las personas mayores residentes de centros geriátricos no puedan salir a la calle en este momento «es un problema, un hándicap que tienen». Simón también detalló que, en personas muy mayores, con algún deterioro cognitivo, salir puede «incluso agravarlo» y, en otros casos, se requiere que hagan «un cierto ejercicio físico diario», que no han podido practicar. En este punto, cree que el confinamiento ha podido generar, en algunos casos, «problemas que habrá que solucionar y recuperar progresivamente».

Diferentes expertos en geriatría ya habían advertido sobre cómo la falta de contacto social y de movilidad puede influir de manera muy significativa en la evolución del estado físico, cognitivo y emocional de los ancianos durante un confinamiento tan prolongado. Por este motivo, la noticia de que desde el domingo podrán recuperar parte de su rutina social en el exterior ha sido recibida con «gran satisfacción» en el seno de la Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado de Asturias (SGGPA). «Es una muy buena noticia y una medida muy esperada, porque hay que recordar que llevan 96 días aislados», destacó la geriatra Ana Sanz, bibliotecaria y directora de publicaciones de esta entidad.

La doctora Sanz hace hincapié en «el gran beneficio» que la decisión va aportar a los mayores «en todos los sentidos: físicamente, pero también anímicamente». Sanz asegura que entiende que «mantenerlos aislados fue una medida con la que les estábamos protegiendo y que era por su bien, porque sufrir un nuevo pico podría ser catastrófico, pero desde luego, tampoco les estábamos dejando elegir, les estábamos negando un derecho».

Ahora lo importante es que «se extremen las medidas de seguridad durante las salidas» que se puedan llevar a cabo, advierte la geriatra. En este sentido, no hay que olvidar que los mayores «han de llevar puesta la mascarilla en todo momento y mantener la distancia social», insiste. También apunta que la medida debe tener en cuenta las circunstancias de cada centro, ya que «aún hay residencias que tienen gente en aislamiento y con casos positivos de coronavirus».

La decisión de Sanidad también ha sido bien recibida en el seno de la Federación de Asociaciones de Personas Mayores del Principado (FAMPA), donde aseguran ser «muy conscientes» del perjuicio que el aislamiento social y la falta de ejercicio supone para las personas de edad avanzada, «aunque no sean aún ancianos», manifestó la presidenta de la federación, Lola San Martín.

«Las personas mayores pueden tener patologías, pero mientras haya unas garantías de seguridad, deben poder salir. Vivir en una residencia no te quita tus derechos, el centro debe ser una extensión de tu hogar», afirmó San Martín.