Cándido Suárez, en la concentración en Avilés. PATRICIA BREGÓN

«Oí la voz de un amigo y le saqué como pude. Murió en el hospital»

El camionero que ayudó a los heridos descubrió más tarde que un conocido había fallecido en el hospital

E. FANJUL / R. ARIAS

AVILÉS.

Miércoles, 5 de septiembre 2018, 01:26

Circulaba con su camión detrás de un autobús que, de pronto, cuando la AI-81 estaba a punto de unirse a la variante de Avilés, comenzó a dar bandazos. La primera preocupación de Cándido Suárez no fue otra, en un primer momento, que ir ... sorteando los pivotes de la obra que iba dejando desperdigados por la calzada. Después, cuando llegó al lugar del impacto, sin embargo, todo cambió. «Parecía un atentado, nunca había visto nada así», asegura. La imagen era terrible, pero no se lo pensó dos veces. Paró el camión y salió a ayudar, a socorrer a las víctimas sin saber que entre ellas había un amigo suyo.

Publicidad

Aún lo cuenta entre lágrimas, sin haber logrado sobreponerse a los que han sido probablemente los momentos más duros de su vida. «Estaba levantando a un fallecido y oí una voz, era un amigo mío que me había reconocido», recuerda. «Le saqué como pude», continúa. Su amigo, José Emilio Menéndez, el gijonés de 58 años que trabajaba en el sex shop de Avilés, logró salir del autobús aún con vida. «Luego me enteré de que había fallecido camino al hospital», relata Cándido. Mientras, siguió auxiliando a los heridos y se convirtió en uno de los héroes civiles de una tragedia que ha marcado a toda Asturias. «Siempre te quedas con la cosa de que podías haber hecho más, pero la verdad es que más no se pudo hacer», explica. «Todo fue muy rápido y enseguida aparecieron el helicóptero, los bomberos... Las ambulancias llegaron rapidísimo. Solo se hubiera podido hacer más si hubiera habido magia».

En su memoria, y en la de las otras cuatro víctimas mortales, Cándido no quiso ayer perderse la concentración convocada ante el Ayuntamiento de Avilés. Allí intentó permanecer entero, pero fue imposible. No pudo evitar las lágrimas.

«Todavía le doy vueltas y estoy un poco tocado», dice. El lunes tuvo que ser atendido por una crisis de ansiedad después de haber estado luchando por ayudar a los pasajeros de aquel fatídico viaje.

Más información

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3 meses por solo 1€/mes

Publicidad