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«Si nunca pasó nada parecido en esta mina y un día los trabajadores entran como todos los días y les estalla una bomba. ¿Tú ... que piensas? Quiero que se investigue todo porque somos los primeros que queremos saber lo que pasó». Jesús Manuel Rodríguez, conocido empresario leonés del carbón y progenitor de Adrián Rodríguez, administrador único de Blue Solving, la empresa que trabajaba con un proyecto de investigación en el interior de la mina de Cerredo, en Degaña, donde el lunes de la semana pasada murieron cinco trabajadores, dice no tener explicación para lo ocurrido.
Asegura que las labores que se realizaban en el interior se ajustaban al permiso concedido por la Consejería de Transición Ecológica, Industria y Comercio del Principado para recuperar el material y el carbón que se iban encontrando a lo largo de la galería, si bien aclara que para ello era necesario hacer sujecciones en el interior para evitar derrumbes. «Teníamos licencia hasta el 11 de abril para sacar todo el material recuperable. Cumplíamos todas las medidas de seguridad y contábamos con todos los medios, también con medidores de grisú», asegura este empresario, quien reconoce que tras el fatal accidente su hijo está «totalmente destrozado». «Le regalamos una mina a mi hijo porque le gustaba y nunca pensamos que algo así podría pasar. Ahora, con 22 años, está destrozado. Ha visto salir a sus amigos muertos de la mina», relata el empresario.
Jesús Manuel Rodríguez es el patriarca del clan familiar de los Rodríguez Rodríguez, que se hizo con la mina de Cerredo en 2021 a través de la empresa Combustibles Asturiana Leonesa, administrada por su mujer, y sancionada por trasladar carbón sin licencia cuando en agosto de 2022 uno de sus operarios falleció al averiarse el dúmper en el interior de la mina. Después de aquel suceso la propiedad fue trasladada a Blue Solving, en manos de su hijo, entonces de 18 años. El patriarca, que también acumula la administración de al menos cinco sociedades, se define como un mero «empresario» del mundo del carbón «que compra y vende» licencias de gestión y explotación, pero «no tengo ni idea de minería, para eso tengo técnicos especialistas», se excusa.
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«Los que llevan allí trabajando muchos años dicen que lo que pasó es algo anormal. Es una galería de montaña, a 1.200 metros de altura, no es una mina de profundidad. Corría el aire y había medidores. No sé qué pudo fallar. No tengo ni idea. Los fallecidos eran los que se encargaban de todo», anota. «Es como si estalla un avión y le preguntan al empresario qué pudo haber pasado. Pues no lo sé», resuelve Jesús Manuel Rodríguez. «Queremos que la Guardia Civil lo investigue. Nos interesa a todos», dice.
El empresario celebra que los cuatro heridos estén ya fuera de peligro e incluso informa de que E. R. M. ya ha sido dado de alta y que se espera que también pueda regresar a su casa en unos días D. A. A.. «Mantenemos contacto con las familias desde el primer día», dice.
El empresario no obvia el rosario de denuncias interpuestas contra la empresa que administra su hijo por parte de vecinos anónimos y también de la empresa Promining, vinculada al anterior dueño de la mina de Cerredo, el empresario leonés Victorino Alonso, y atribuye a una inquina personal. «Nos lleva atacando desde hace meses porque ese hombre lo quiere todo y nos ha puesto varias denuncias, pero ya las hemos contestado todas la administración. Desde que compramos sus activos en Uminsa nos ataca a muerte. Está enfadado con el mundo y más con nosotros. Nos puso denuncia en Cerredo, pero también en Sosas de Laciana y en Tormaleo», reprocha el empresario leonés, quien teme que el accidente de Cerredo y las denuncias recibidas retrasen aún más los permisos para que otra sociedad vinculada a su familia, Cristal Mining Coal, pueda abrir la explotación de un yacimiento en Sosas de Laciana.
Explica que la intención de su familia era trasladar la plantilla de Blue Solving, en su mayoría vecinos de León, a la explotación de la comarca de Laciana. «Querían ir a trabajar allí, más cerca de sus casas, y mientras tanto les habíamos dado trabajo en Cerredo para la retirada de material», relata. Ahora, tras la muerte de cinco de ellos, dice tener «los ánimos por los suelos y, aunque la gente nos apoya para que sigamos adelante, veremos a ver qué pasa ahora». Además, el empresario quiere aclarar que «en los 40 años que he trabajado en esto nunca tuve ni un euro de ayuda». Así, puntualiza que la subvención de 927.000 euros concedida a Blue Solving por parte del Instituto para la Transición Justa, y vinculada a la puesta en marcha de una planta de valorización de subproductos de la construcción y escombros, «aún no la hemos cobrado». Además, sobre la decisión del Gobierno regional de suspender cautelarmente el permiso de investigación que permite a Tyc Narcea trabajar en una mina de Cangas del Narcea, el empresario leonés alerta de las consecuencias laborales para la comarca. «Si quieren, que lo paralicen todo y nos vamos todos para casa», responde.
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