Emiliano 'el panameño' recibió un quinto disparo de gracia en Llanera: una ejecución sin defensa posible

Ocurrió el pasado domingo 26 de enero, poco antes de las 00.30 horas, cuando fue acribillado a tiros en Lugo de Llanera. No tuvo opción: apenas pudo salir de su turismo –su cuerpo fue encontrado con un pie todavía dentro– cuando fue tiroteado. Los disparos se sucedieron en una primera ráfaga, como petardazos, hasta un desenlace final: el disparo de gracia, cuando ya estaba tumbado en el suelo boca abajo. Fue una ejecución, según los testimonios recogidos por la Guardia Civil.

La delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, lo confirmó el pasado lunes: se trató de un ajuste de cuentas por un asunto de drogas. Además, señaló que habría una pronta resolución del caso. En la investigación, es fundamental el testimonio de la persona que iba con Emiliano en el coche. Ambos cayeron en una emboscada. Cogieron el vehículo en Lugones y pararon en Lugo de Llanera, en un local hostelero. Las primeras hipótesis apuntan a que fue en ese intervalo cuando la o las personas que los seguían rajaron las ruedas del coche y quedaron al acecho.

Tras salir del establecimiento, la víctima mortal y su acompañante regresaron al vehículo y emprendieron la marcha. Al salir del centro urbano de Lugo de Llanera, por la AS-374, se percataron de que algo no iba bien y se vieron obligados a detenerse a la altura de las vías del tren. El primero en bajarse fue el acompañante, quien estaba abriendo el portón trasero para cambiar la rueda cuando recibió los primeros disparos. Al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo, huyó corriendo. Pero el panameño no tuvo esa opción: fue asesinado a quemarropa con varios disparos efectuados desde el vehículo blanco que los había estado vigilando.

La declaración de este acompañante –que poco después se entregó en las dependencias de la Policía Nacional de Oviedo, en Buenavista– será clave para identificar al autor o autores de los disparos esa madrugada.

La Guardia Civil busca ahora a los asesinos del panameño entre grupos rivales que presuntamente trafican con droga y con los que Emiliano B. R. habría tenido conflictos en el pasado. Sus ejecutores sabían que estaba de paso en Asturias por su comparecencia en un juicio en Oviedo. Los trabajos policiales continúan bajo secreto de sumario en el Juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo, que estaba de guardia el día del asesinato. Los agentes encargados del caso revisan las cámaras de seguridad del entorno, han solicitado los datos de las antenas de telefonía móvil de Llanera, reconstruyen los últimos días de la víctima y analizan si los casquillos de bala coinciden con un arma relacionada con algún otro delito.