Emiliano, el panameño que imponía y que no pasaba inadvertido en Asturias

En sus años en Asturias, a donde llegó desde su Panamá natal hace aproximadamente dos décadas, fue detenido por montar y dirigir un laboratorio de cocaína en Siero. Para entonces ya trabajaba como portero de clubes de alterne para el 'clan de los Sandulache', los hermanos rumanos considerados los mayores proxenetas de la historia de la región. El ahora fallecido se encargaba de la seguridad de los locales y también de vigilar a las mujeres que ahí trabajaban, bajo control de la red que las obligaba a prostituirse de sol a sol bajo palizas y amenazas.

La Guardia Civil busca ahora a los asesinos del hombre panameño entre grupos rivales que presuntamente trafican con droga y con los que Emiliano B. R. habría tenido conflicto en el pasado. Sus asesinos sabían que estaba de paso en Asturias con motivo de su comparecencia en un juicio en Oviedo. Lo vigilaron. Esperaron a que aparcase su coche para entrar en un bar, le pincharon las ruedas del vehículo y le tendieron una emboscada cuando se apeó para ver qué pasaba con las ruedas. Lo abatieron de cuatro tiros en la carretera de Lugo de Llanera, junto a la estación. Su cuerpo quedó tendido sobre el asfalto, junto a los casquillos de las balas que acabaron con su vida.

La investigación es compleja. Como lo fue también proceder al levantamiento del cadáver, para el que se necesitaron varias manos debido a la enorme corpulencia de la víctima. Los restos mortales permanecen en el Instituto de Medicina Legal a la espera de que sus familiares se hagan cargo y decidan qué hacer con el cuerpo. La mayoría de sus familiares se encuentran en Panamá y la intención, según comunicaron a las autoridades, es viajar hasta Asturias para proceder a las exequias.

Los trabajos policiales continúan bajo secreto de sumario en el juzgado de Instrucción número 1 de Oviedo, que se encontraba de guardia el día del asesinato. Los agentes encargados de la investigación revisan cámaras del entorno, han solicitado los datos de las antenas de telefonía móvil de Llanera, reconstruyen los últimos días de la víctima y comprueban si los casquillos de las balas pertenecen a un arma que pudiera estar relacionado con algún otro delito.