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Pilar Gutiérrez
Luanco
Lunes, 29 de julio 2024, 02:00
La popular cuesta a la Torre del Reloj de Luanco, en Gozón, suele acoger una vez a la semana el mercado para comprar todo lo necesario para la despensa y el armario. En cambio, ayer, se convirtió en un pequeño lugar de viaje al ... pasado gracias a un mercado de antigüedades que trajo objetos de todo tipo. Principalmente, catalogados entre finales del siglo XIX y los años setenta.
La empresa cántabra Noja Vintage, organizadora de este tipo de ferias y mercados, se pasó por la villa marinera por segundo año, queriendo repetir el éxito que tuvieron el verano pasado. «En aquella ocasión debieron de pasarse entorno a 3.000 personas por el mercado, pero es que nos sigue mucha gente», declaró Damián Cuesta. Esto se debe a que, además del propio turismo que atrae Luanco –lo que la convertía en una localidad ideal para este tipo de eventos– muchos coleccionistas de toda la Península la visitan. Normalmente son escaparatistas, personas que buscan decoraciones para un hotel, «cazadores de tesoros» o aficionados a la numismática (colección de monedas) y a los libros.
«Encontrar ejemplares descatalogados es lo mejor. Normalmente son de editoriales que hace tiempo que no venden los títulos de ese autor o que simplemente se perdió esa edición por algún motivo. Aún no le he echado un vistazo, pero espero llevarme uno o dos», declaró el luanquín Manuel González al poco de llegar.
Entre veinticinco y treinta profesionales del sector de toda España (Castilla y León, Galicia, País Vasco y Cantabria, principalmente) se colocaron a lo largo del paseo con muebles, placas, menaje del hogar, artículos relacionados con la marinería, cuadros, herramientas, lámparas y artefactos de todo tipo. La curiosidad «fue evidente» a lo largo de todo el día, se aseguró desde la organización del mercado, lo cual promete para que en años venideros se regrese y se suba el número de puestos. En la anterior edición se instalaron más de cuarenta, aunque por coincidencia en calendarios no pudieron acercarse tantos a Luanco.
De todos modos, independientemente del número, Cuesta destacó que se tiene el visto bueno del Ayuntamiento de Gozón, que es lo importante. «La primera vez nos pusimos en contacto con ellos gracias a un comprador de Luanco, que también es un amigo. Pensó que sería un buen sitio para el mercado y tenía razón», añadió. Por tanto, promete ser «una cita anual».
Una de las pruebas fue que varias personas se acercaron para pedir una segunda opinión en relación con varios objetos. Por ejemplo, Adelina Suárez llevó un pequeño camafeo familiar «para que lo miraran». «Me gustaría saber si hay alguna manera de restaurarlo. Ya que iban a venir profesionales, no perdía nada porque me aconsejen a un experto», señaló.
No faltaron tampoco los que encontraron tesoros de los ochenta y noventa, como el candasín Miguel Suárez, quien volvió a casa con un grupo musical que representa su adolescencia. «Fui al concierto de los Scorpions en Gijón y me acabo de encontrar hace cinco minutos un vinilo de ellos. ¡Tuve uno igual hace años!, así que lo he comprado», dijo emocionado mientras lo enseñaba.
La organización volverá a Asturias dentro de poco, haciendo parada en Ribadesella y no descartan volver a Colombres o a Cangas de Onís, donde su mercado 'vintage' ya dejó marca.
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