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P. LAMADRID / O. SUÁREZ / M. MORO
GIJÓN.
Miércoles, 6 de diciembre 2017
El centro penitenciario de Asturias ha aplicado el protocolo de prevención del suicidio a Álvaro Ablanedo. El acusado de atropellar mortalmente a Juan Fombona y darse a la fuga el pasado sábado ha estado acompañado por un preso de confianza desde que ingresó en la tarde de ayer en el módulo de preventivos.
Este protocolo obliga a que el recluso acompañe durante las 24 horas del día a Ablanedo, a quien la Fiscalía le atribuye los delitos de homicidio imprudente, contra la seguridad vial por conducir bajo la influencia del alcohol y omisión del deber de socorro. Se da la circunstancia de que era amigo íntimo de la víctima. La Policía sigue con las investigaciones para aclarar los sucedido.
Ni siquiera los peores augurios del entorno próximo a Juan Fombona Braga se acercaban a este desenlace. Un amigo de toda la vida, desde que eran niños, y además vecino fue arrestado en la tarde del lunes como presunto autor del atropello que acabó con la vida del gijonés.Álvaro Ablanedo Sastre había estado tomando algo con la víctima en un pub situado en el entorno de la parroquia de San Julián. Eran los dos últimos clientes que quedaban en el bar en la madrugada del pasado sábado. Al parecer, Juan abandonó el local primero. Pocos minutos después, lo hizo Álvaro. El resto del relato está lleno de interrogantes, puesto que el principal sospechoso se negó ayer a declarar tanto en la Comisaría de El Natahoyo como en el juzgado de Instrucción número 5. El magistrado aceptó la petición de la Fiscalía y decretó el ingreso en prisión -comunicada y sin fianza- del detenido. El ministerio público basó su solicitud en la existencia de riesgo de fuga, la gravedad de los hechos que se le atribuyen y su falta de colaboración.
Le considera el presunto autor de un delito contra la seguridad vial por conducción bajo los efectos del alcohol, otro de homicidio por imprudencia grave y un tercero de omisión del deber de socorro. Álvaro Ablanedo fue trasladado desde las dependencias de la Policía Nacional hasta el Palacio de Justicia. También acudió el hermano de la víctima, Fernando, acompañado por un abogado que, además, es su amigo. Pero al letrado no se le permitió presenciar la comparecencia ante el juez de guardia. Las investigaciones comenzaron cuando la Sala Operativa del 091 recibió una llamada que alertaba de que, a la altura del 275 de la avenida de Dionisio Cifuentes, había un hombre tendido en la carretera. Aunque iba indocumentado, la Policía Local pudo determinar su filiación rápidamente. Tras ser identificado por sus familiares, los investigadores se centraron en conocer el recorrido y las personas con las que había estado Juan horas antes del accidente. Para esclarecer el asunto, resultaron claves los testimonios de sus amigos, con quienes había ido de cena y luego a tomar unas copas al pub Baffi. De este modo, consiguieron trazar la ruta que había seguido Juan durante esa noche y madrugada.
Una vez conocida la cronología, el análisis de los restos de un vehículo encontrados en el lugar donde fue atropellado Juan y el atestado de la Policía Local -donde probablemente se incluyeran imágenes obtenidas de cámaras de tráfico y videovigilancia- dieron las pistas definitivas. Junto con los detalles aportados por los testigos, los agentes pudieron determinar que el coche implicado era un BMW. Según fuentes policiales, desde el primer momento, los investigadores se centraron en Álvaro Ablanedo, amigo y vecino de Juan.
La Policía Local acudió al domicilio de Álvaro, situado en el camino de los Tulipanes -a escasa distancia de la residencia familiar de los Fombona Braga- para hablar con él. Allí encontraron un coche BMW con importantes desperfectos en la parte delantera. Sin embargo, el sospechoso negó tener cualquier relación con lo sucedido. La investigación pasó entonces, dada la gravedad de los hechos, a manos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional.
Los agentes se personaron en el chalé de Álvaro a las cinco de la tarde del lunes, apenas cuatro horas después del funeral. Quedó detenido y el coche requisado para su inspección. Tampoco entonces el arrestado se mostró dispuesto a colaborar y continuó negando haberle causado la muerte a su amigo. Las dos familias están destrozadas. «No sabemos cómo van a superar esto, eran uña y carne...», lamentó su círculo cercano.
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