Caso abierto La muerte de un presidente en directo Asesinatos, sobredosis, lobotomías... La maldición sin fin de los Kennedy
El 22 de noviembre de 1963 un disparo en la cabeza acababa con la vida de John F. Kennedy. Con el asesinato terminaba una era de optimismo en Estados Unidos y arrancaba la maldición de una familia tan rodeada de glamour como de tragedias. Ahora que el nuevo testimonio de un guardaespaldas ha reavivado el caso –nunca cerrado–, recuperamos su trágica historia.
Miércoles, 13 de Septiembre 2023, 14:00h
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El 22 de noviembre de 1963 en la ciudad de Dallas, el entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy recibió dos disparos, uno de ellos mortal en la cabeza, mientras circulaba en el coche presidencial. Aquel asesinato conmocionó al mundo entero y supuso un cambio de época en Estados Unidos. Poco después del incidente, la policía detenía a Lee Harvey Oswald como autor del asesinato, pero no llegó a ser juzgado porque lo mataron de un disparo dos días después.
El asesino de Oswald, Jack Ruby, un pequeño empresario de locales nocturnos y negocios ilegales, dijo haber disparado para vengar la muerte del Presidente, pero resultaba todo tan extraño que muchos ya entonces pensaron que lo hizo no para silenciar al sospechoso. Desde 1963, el asesinato de Kennedy está envuelto en un halo de misterio que casi 60 años después sigue suscitando todo tipo de teorías de la conspiración. Más de la mitad de los americanos, según las encuestas, siguen sin creer la teoría oficial: que Oswald actuó solo y sin otra motivación que su personal animadversión hacia el presidente.
En diciembre del año pasado, el gobierno de Estados Unidos desclasificó otros 1491 documentos relacionados con la muerte de Kennedy. Con esos documentos ya se han hecho públicos más del 90 por ciento de los archivos gubernamentales sobre el asesinato. Pero una parte todavía se mantienen en secreto porque, según las agencias de inteligencia estadounidenses como la CIA o el FBI, contienen información muy sensible que podría poner en riesgo la seguridad nacional. Y en esos documentos todo indica que sigue estando oculta la verdad sobre el asesinato.
Ahora, un guardaespaldas de Kennedy aquel fatídico día en Dallas, Paul Landis, ha revelado nuevos datos sobre la llamada 'bala mágica' que mató al presidente. Lo que cuenta el ex agente secreto cuestiona que esa bala, llamada mágica por la extraña trayectoria que se le atribuye, fuese disparada por Oswald y refuerza la teoría de que hubo más de un tirador.
John Fitzgerald Kennedy fue Presidente de Estados Unidos entre 1961 y 1963, el presidente más joven de la historia del país y decidido a impulsar un cambio de rumbo en las políticas de los anteriores gobiernos republicanos, incluida la segregación racial. Aquello despertó las suspicacias de los republicanos, pero también de los sectores más conservadores del Partido Demócrata y, sobre todo, disparó los recelos de las agencias de seguridad, acostumbradas a operar sin demasiada supervisión gubernamental. Enemigos en Washington no le faltaban...
Sus controvertidas decisiones políticas alimentaron diversas teorías de la conspiración sobre quiénes podían estar detrás del asesinato, pero también lo hicieron los cuestionables negocios y relaciones de su padre.
Y es que aunque Kennedy ha pasado a la historia popular como el presidente que encarna el ideal americano: joven, guapo, dialogante y progresista, acompañado en la tarea de regenerar la democracia por la aún más 'mediática' Jackie Kennedy —juntos convirtieron la Casa Blanca en «el nuevo Camelot»—, lo cierto es que su biografía está llena de 'claroscuros' cuando no directamente de 'agujeros negros'.
El presidente JFK fue la 'creación' de su padre, Joseph P. Kennedy, un magnate que amasó una enorme fortuna especulando en bolsa y que desempeñó importantes cargos en la Administración estadounidense. Joseph tenía una misión: convertir a uno de sus hijos en el primer presidente católico de los EEUU, costase lo que costase. Como el primogénito murió en la guerra, le tocó al segundo, John Fitzgerald, tan alta tarea.
Uno de los mejores libros de investigación sobre Kennedy apunta a que el incumplimiento de un pacto entre su padre y una familia mafiosa podría estar relacionado con su asesinato
Pero para lograr ese ambicioso objetivo, Joseph Kennedy no solo se apoyó en su fortuna sino que tuvo que llegar a acuerdos con sectores no siempre legales. Varios libros y películas, como la conocida JKF de Oliver Stone en 1992, pusieron el dedo en la llaga al señalar que los Kennedy no se habían enfrentado tanto al crimen organizado, como se quiso destacar durante su mandato, sino que había colaborado con él para llegar al poder. Sería el incumplimiento de ciertos acuerdos por parte de la familia Kennedy ante la otra 'famiglia' lo que habría motivado el asesinato.
Quien puso nombres a esa presunta disputa con la mafia fue el prestigioso periodista de investigación Seymour M. Hersh, ganador del premio Pulitzer, quien aseguró en su libro La cara Oscura de Camelot que para empujar a su hijo hacia la presidencia, Joseph Kennedy celebró en 1960 una reunión secreta con el mafioso de Chicago Sam Giancana. El patriarca de la familia presuntamente prometió que, una vez en la Casa Blanca, JFK haría la vista gorda a sus actividades si los sindicatos dirigidos por la mafia donaban dinero y presionaban en favor de su candidatura. Ese acuerdo, afirma Hersh, inclinó la balanza por los decisivos votos electorales de Illinois que dieron la victoria al joven Kennedy en las primarias.
El libro de Hersh también indaga en otro aspecto de Kennedy que, aunque pareciera privado, también podría estar relacionado con su asesinato. En el libro cuatro agentes retirados del servicio secreto hablan de la incontrolable libido del presidente; según ellos, casi a diario tenía encuentros con mujeres que no eran su esposa. Amigas, admiradoras y prostitutas se turnaban en la piscina de la Casa Blanca mientras el servicio secreto se ocupaba de mantener a Jackie a distancia. Esa propensión al sexo no solo le causó varias enfermedades venéreas al presidente, sino que, según Hersh, lo convirtió en blanco fácil de los chantajes. Curiosamente, el libro del premiado periodista no logra concluir nada sobre su más sonado romance, el que mantuvo, presuntamente, con Marilyn Monroe. A pesar de los indicios, no pudo demostrar ni encontrar testimonio fiable que avalase una relación con la actriz ni de JFK ni de su hermano Robert.
Lo único cierto, casi 60 años después, es que los motivos del asesinato de Kennedy siguen sin estar claros. Pero lo que es seguro es que la familia ha sido desde entonces víctima de una 'maldición' que le ha costado la vida a varios de sus integrantes. Aunque quizá la 'maldición' comenzase antes, cuando el patriarca de la familia decidió sacrificar lo que fuese necesario para alcanzar el poder y la gloria.
Los otros Kennedy marcados por la tragedia
Rosemary Kenney
La hija lobotomizada para no avergonzar a la familia
Joseph y Rose Kennedy tuvieron 9 hijos, entre ellos a Rosemary, quien, según su padre, nació con un retraso mental por las complicaciones en el parto. Lo cierto es que hasta alcanzar la veintena se desempeñó como una joven atractiva y con una intensa vida social, pero sus «cambios de humor» y su comportamiento extrovertido tanto para el humor como para la ira, la convertían en un peligro a los ojos de su padre. Tanto que, sin ser diagnosticada (quizá fuese un trastorno bipolar), a los 23 años le practicaron una lobotomía, ordenada por el patriarca. Temía que avergonzase a la familia y dañase la carrera política de sus hermanos. Vivió hasta los 86 años en un sanatorio mental. La lobotomía le causó daños mentales irreparables (en la foto, antes de la intervención y varios años después, con su madre y personal del sanatorio).
Joseph P. Kennedy Jr.
El héroe de guerra abatido en una misión secreta
Joseph Kennedy Jr, el primogénito del clan, estaba 'destinado' a ser presidente de los Estados Unidos, la ilusión de su padre (en la foto con Joseph y John). Graduado cum laude en Harvard, se alistó en la Marina y fue piloto durante la Segunda Guerra Mundial. Nadie dudaba de sus opciones a llegar a la Casa Blanca. Pero el 12 de agosto de 1944, con 29 años, murió mientras volaba en una misión secreta. La tragedia colocó en primer plano a John. Su padre no iba a renunciar a su sueño.
Robert Kennedy
Asesinado en plena campaña electoral
El hermano menor de JFK no solo fue su mejor amigo y asesor durante su carrera política, sino que ocupó los cargos de fiscal general y senador. Tras el asesinato de John, Robert anunció en 1968 que presentaría su candidatura a la presidencia. Tres meses después, y en plena campaña, fue asesinado en el hotel Ambassador de Los Ángeles por un hombre de origen palestino. Otro crimen que sigue alimentado las teorías de la conspiración.
Edward Kennedy
Un accidente sin pena ni castigo
Edward era el pequeño de la saga y, por eso, el más despreocupado y con menos obligaciones públicas (aunque tras los asesinatos de sus hermanos llegaría a ser senador). Pero él también protagonizó un gran escándalo en su juventud. En 1969 sufrió un accidente después de una fiesta. El coche que conducía ebrio se hundió en el lago Chappaquiddick. Sobrevivió, pero la chica que iba con él se ahogó. Edward no alertó del suceso hasta diez horas más tarde. Fue condenado a dos meses de cárcel, una pena leve que no llegó a cumplir.
Michael Kennedy
El juego mortal del hijo de Robert
En la siguiente generación a la del presidente JFK, los Kennedy han sufrido todo tipo de infortunios, muchos derivados de la vida de excesos y consumo habitual de drogas de varios de sus hijos. Uno de los casos trágicos es el de Michael, uno de los hijos de Robert (a la izda. en la foto). Practicaba una mezcla de esquí y fútbol en una pista no señalizada de Aspen, a pesar de las advertencias del peligro que suponía. No llevaba bastones porque estaba filmando el juego. Murió al chocar contra un árbol.
John F. Kennedy Jr.
El huérfano de América que se estrelló en su avioneta
John John, hijo de JFK, cuya famosa fotografía saludando al paso del ataúd de su padre conmovió al mundo, murió en 1999 con su mujer y la hermana de esta. La avioneta que él mismo pilotaba un día con unas pésimas condiciones meteorológicas cayó al mar.
Mary Richardson Kennedy
La última tragedia, ahogada en alcohol
Mary Richardson Kennedy, casada con Robert Jr, el hijo mayor del que fuera fiscal, fue una arquitecta brillante y una belleza de la alta sociedad, pero tenía un lado oscuro. Era metódica, obsesiva, perfeccionista. Lo que hacía, lo hacía con pasión. Fue igual de concienzuda a la hora de destruirse. Bebió sin tregua. Amó y odió con el mismo encarnizamiento. Como esposa y como madre fue exigente, posesiva y desconfiada. Se ahorcó en mayo de 2012.
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