Free Tour Madrid
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Víctor Bernardo, el guía del Siglo de Oro que relata con voz de tenor los secretos del madrileño Barrio de las LetrasDonde hay un paraguas en verano en Madrid, debajo hay un guía de los freetours que parten de la Plaza Mayor. En ese punto de encuentro con los turistas, espera Víctor Bernardo Justo, historiador de 33 años con una barba de estilo Siglo de Oro ... y coloridos pantalones árabes, junto a su perra Lilith. A las ocho de la tarde llega Natalia, una joven argentina que vive en Valencia y que visita la capital con cuatro familiares. Ha elegido el recorrido del barrio de las Letras. Otros dos grupos de turistas también inician allí su itinerario, rodeados de un muñeco Chuky que se hace fotos con los turistas y un guitarrista que intenta afinar con 'Stairway to heaven'. «Queríamos ofrecer visitas sin gazapos históricos y con datos contrastados. Lo hacemos con más o menos gracia pero con rigor», dice Víctor.
Con sus clientes confirmados, y sin descartar que se sumen espontáneos de última hora, el guía alza su voz de tenor con dicción de cuentacuentos y envaina su paraguas azul en el cinto, como si fuera una espada. «Yo me llamo Víctor y habéis dado con el loco adecuado. Soy nacido y criado en Madrid, aunque con abuelos del norte de España. Si venís con esta fresca es porque estáis muy interesados en la literatura». Con estas palabras empieza un viaje que durará dos horas y veinte minutos, en el que se hablará de escritores que habitaron esas calles desde el siglo XVI hasta el XX, y que acabará en la casa de natal de Cervantes. «Aunque cuento la historia cada día, no me aburre. Es lo que me gusta», confiesa Víctor, que esa misma mañana ha hecho un tour sobre la Guerra Civil, por el Parque de Oeste y Moncloa.
Exprofesor de Secundaria y graduado en la Complutense, Víctor empieza con Felipe III, el de la estatua de la Plaza Mayor. A pesar de las lecciones, arranca carcajadas a sus oyentes. «En el diecisiete los literatos eran la bohemia y, lo mismo que en el veinte, unos muertos de hambre que hicieron un gueto». Los demás tours ya han abandonado la plaza cuando él empieza a hablar de Calderón de la Barca, «dramaturgo del rey que vivía cerca del palacio». Avanza el recorrido. Un acordeonista toca la canción de 'El padrino' cuando el grupo llega a la sede del Ministerio de Exteriores. «Era una cárcel de la Corte. No pocos literatos acabaron aquí por la boca que tenían», como Lope de Vega y Quevedo, que «tenía casi una puerta giratoria aquí».
Con «dos o tres tours al día» en verano, cuando el calor quita las ganas de los visitantes, estos guías recogen unos 10 euros por persona y visita de media, afirma Luis Roncés, historiador de la Autónoma y fundador, junto a Víctor, de la asociación cultural Mad Experiences. «Nos da para mantener el ritmo. El concepto de los freetours es la libre aportación, no la gratuidad, aunque hay gente, poca, que no quiere dar nada». Se valen de plataformas como 'GuruWalks' o 'Yoorney' para ofertar el Madrid de los Austrias, de los masónicos o de los espías, entre otras rutas «innovadoras».
Víctor Bernardo Justo, el hombre de los tres nombres, se detiene siempre cerca de una fuente o un banco. Sobran sonrisas y faltan bostezos. «Nos adaptamos al carácter del público. Hay personas que se ofenden si llamas 'colega' a Quevedo y te das cuenta según avanza la visita», asegura Luis, de 56 años. En la esquina de la Paz se habla de Jacinto Benavente y un peatón con lengua de trapo alcohólica interrumpe la explicación del costumbrismo. Con sus 195 centímetros de estatura, Víctor lo torea con habilidad y sigue adelante con el viaje.
En la esquina de San Sebastián señala la iglesia donde se casó Bécquer, se bautizó a Tirso de Molina y se enterró a Lope de Vega, aunque no se han identificado sus restos en el osario. Al frente, una fonda desaparecida donde Moratín leyó 'El arte de putear' en 1780 y allí mismo lo secuestró la Inquisición más de cien años, cuenta Víctor. En la Plaza Santa Ana afirma que el teatro de 1583 es el más antiguo de Madrid «y, si me pongo chulo, de Europa».
Por la zona de Huertas se habla de Echegaray, Rosalía de Castro y María de Zayas. Recitando párrafos de la novela erótica cortesana de esta escritora, Víctor conduce a su grupo hasta la zapatería Pie de Oro, donde estuvo la casa natal del autor del Quijote, y cuenta su historia, que sería «como la del 'señor de los Anillos'», dice. Son las diez. «Se me hizo corto», dice Natalia.
Llega el momento de pasar el sombrero. Caen billetes de 20. Una transeúnte, que se había detenido fascinada con la historia de Cervantes, insiste en dar un puñado de monedas.
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