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La historia de siempre: Fulanito se ha comprado un piso y es, justo, justo, lo que quería, oye. Y Menganito, que se ha cambiado de casa, ha dado con una precisamente en la zona que le interesaba, reformada a capricho... ¡y dentro de sus posibilidades! ... Qué suerte tienen siempre los otros, ¿no? O qué listos son, vaya. Y qué sensación de 'yo-debo-vivir-en-la-inopia' se nos queda a los demás cuando oímos este tipo de cosas. Es que resulta que nos pasamos la vida viendo anuncios de pisos en Internet, en escaparates de inmobiliarias y, por lo que sea, nunca nos topamos con nada de interés. ¿Cómo diablos hacen los demás? El 'secreto' es que muchas veces, detrás de sus 'éxitos' hay lo que se llama una venta por susurro, algo que no conoce mucha gente y que suena casi a mafia, a corrupción...
A Toni Expósito, CEO de Comprarcasa, le hace gracia esa vinculación mental con algo 'oscuro' y se apresura a aclarar que la venta por susurro, pese a su nombre, no tiene nada que ver con chivatazos novelescos: «Es algo totalmente honesto: significa que a algunos clientes que buscan casa se les ofrecen ciertas propiedades antes de ponerlas al alcance de todo el mundo si es que encajan en lo que quieren, algo que previamente nos tienen que especificar, claro». Es decir, muchas casas nunca llegan al escaparate (virtual o real) de una inmobiliaria porque ya han sido ofrecidas (y aceptadas) antes de ponerse a disposición del común de los mortales. «Ahora, el 20% de las operaciones que cerramos se realizan por esta vía. Y va a ir a más ».
Tal y como explica el experto, en nuestro país, tradicionalmente, las agencias inmobiliarias se centraban en los propietarios que sacaban al mercado una casa para vender. Pero ahora está empezando a imponerse el modelo americano de representación: en las agencias se da servicio tanto a estos propietarios como a gente que busca casa. «De hecho, hay dos tipos de profesionales: los que se encargan de los compradores y los que se dedican a los vendedores. Como los abogados, que unos se dedican a la defensa y otros a la acusación».
¿Y cómo se hace eso del susurro? ¡Todos queremos susurros! Hay que acudir a alguna agencia que tenga este servicio exclusivo al comprador y 'apuntarse'. Pero ojo, requiere cierto grado de compromiso. Nos harán un perfil en el que se recogerán nuestras pretensiones, qué buscamos, de cuánto dinero disponemos... algo realista. «Así evitamos a los 'mirones' que no quieren comprar, solo fisgar y que son unos 'robatiempos'». Con ese material, un agente buscará para nosotros «pero no solo entre las opciones de la propia agencia, lo hará en todo el mercado porque trabaja para ti, es un rastreador», define Expósito.
Entonces, seguro que se encuentran chollos, ¿no? «No nos gusta hablar de chollos. Es verdad que a veces tenemos acceso a otro tipo de propietarios como fondos o bancos que disponen de... oportunidades», apunta. Pinta bien, claro, pero este servicio tiene un coste -«da mucho trabajo»- que oscila de unas zonas de España a otras. En Levante se estila cobrar un porcentaje al comprador y otro al vendedor, en grandes ciudades, sobre todo en el pasado, solo se le facturaba al propietario... «y a veces sale hasta gratis si hay colaboraciones con otras agencias o entidades». En todo caso, suele ir del 1% al 3% del precio de la casa.
Siete meses de media Es el tiempo que tarda una persona en comprar una vivienda (es decir, desde que empieza a buscar hasta que se decide por una).
Tres meses si hay 'susurro' Quienes optan por la venta por susurro ven acortado el plazo de búsqueda. «La media es de tres meses, cuatro a lo sumo», indica Expósito.
90% es el porcentaje de clientes que opta por esta modalidad y encuentra lo que estaba buscando. Algo que en el mundo inmobiliario no es tan frecuente.
Tal y como repasa el CEO de Comprarcasa, entre sus clientes que demandan venta por susurro hay cuatro perfiles muy diferenciados: «Hay gente con movilidad geográfica que llega a una ciudad nueva por ejemplo a trabajar y, como no conoce el lugar ni la oferta, delega en los expertos. También los que venden una casa para comprar rápidamente otra y están apurados con los plazos y no pueden esperar dando palos de ciego. Y luego está el perfil de los muy ocupados, sin tiempo para buscar vivienda. ¿Y el cuarto perfil? Este es muy frecuente. Personas que ya han perdido una oportunidad de compra tras varios meses buscando porque han negociado mal... y, como se les ha quedado cara de tontos, deciden buscar ayuda», describe.
Además de ofrecerse este servicio en agencias, existen profesionales específicos. De hecho, hay una Asociación Española de Personal Shopper Inmobiliarios (AEPSI) que promete, entre otras cosas, evitar al comprador el 70% de las visitas y ahorrarle entre el 5% y el 20% del precio de salida. «Nuestra figura es poco conocida aquí, aunque en EE UU está presente en el 87% de las compraventas», indica Helena Gallardo, presidenta de AEPSI. «Trabajamos solo para el comprador, así no hay conflicto de intereses y no cobramos una comisión del precio, sino honorarios fijados de antemano», explica para diferenciarse de algunas agencias.
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