14 factores al alcance de la mano para prevenir el alzhéimer

Casi todos se solucionan de forma sencilla, unos llevando una vida saludable -por ejemplo, reducir el consumo de carne roja procesada disminuye las probabilidades de desarrollar demencia en un 14 %-, y otros, estudiando, evitando los choques en la cabeza o usando audífonos. «En general, casi la mitad de las demencias podrían prevenirse teóricamente eliminando estos 14 factores de riesgo», aseguran.

Cuanto más actividad tiene el cerebro, menor riesgo de deterioro cognitivo. Esta mayor actividad suele estar asociada al nivel educativo. De ahí la necesidad de «proporcionar a todos los niños una enseñanza de calidad y de ser cognitivamente activos en la mediana edad», asegura el informe. Una investigación llevada a cabo entre 20.000 adultos en Estados Unidos encontró que el aumento de los años de educación como resultado de la escolarización obligatoria se asociaban con un mejor rendimiento cognitivo general en las etapas posteriores de la vida.

Los científicos han encontrado una relación entre la pérdida de audición -hipoacusia- y el deterioro mental. Aunque no se sabe exactamente por qué ocurre, las investigaciones apuntan a que una reducción de diez decibelios en la capacidad auditiva incrementa el riesgo de demencia entre el 4% y el 24%. Por eso, los especialistas subrayan la necesidad de poner audífonos a disposición de todas las personas con hipoacusia así como de reducir en lo posible la exposición al ruido. A los problemas de visión se le atribuyen el 2% de los casos, especialmente cuando esos problemas son las cataratas y la retinopatía diabética, un daño en los vasos sanguíneos de la retina causado por el alto nivel de azúcar en sangre.

El exceso de peso, una tensión elevada y los altos niveles del colesterol LDL tienen una estrecha relación con las patologías neurodegenerativas. La obesidad está vinculada a procesos metabólicos que favorecen la acumulación de beta-amiloide en el cerebro, unas placas de proteínas que impiden el normal funcionamiento de las neuronas. Respecto a la tensión, recomiendan que la sistólica -la alta- no pase de 13, especialmente a partir de los 40 años. Al colesterol alto se le atribuye el desarrollo del 7% de los casos de demencia. Ligado a estos tres factores están dos más, la diabetes y la falta de ejercicio. Unos niveles altos de glucosa en sangre incrementa el riesgo para el cerebro. La actividad física ayuda a la cognición aumentando la neuroplasticidad y reduciendo la neuroinflamación.

La exposición prolongada a contaminantes puede causar inflamación y estrés oxidativo en el cerebro, aumentando la vulnerabilidad al alzhéimer. Al tabaco se le atribuyen el 2% de los casos de patologías neurodegenerativas.

Beber alcohol no es nada recomendable para la salud en general y tampoco para el cerebro en particular. Basta consumir más de ocho gramos diarios -una copa de vino son aproximadamente diez- para aumentar el riesgo ante este mal.

La falta de contacto social resulta muy perjudicial para el buen estado del cerebro, tanto como lo son el tabaquismo, la obesidad o la contaminación. La relación de la depresión con el alzhéimer es compleja y puede ser causa y consecuencia. En torno al 40% de los enfermos en España sufren este bajo estado de ánimo. En cualquier caso, tratarla, ayuda a prevenir la demencia.

Está demostrado que tanto el fútbol, por el golpeo del balón con la cabeza, como los deportes de contacto incrementan el peligro de sufrir demencia. El remedio, utilizar cascos y otras protecciones.