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Todo el mundo tiene en su archivo de recuerdos una triste sección con el epígrafe 'aquel día que quería ir especialmente guapa y metí la pata hasta el fondo'. A veces hasta existen testimonios gráficos que preservan aquella hora para la posteridad, de manera que ... podamos fustigarnos el resto de nuestra vida o incluso sirvamos de ejemplo a generaciones venideras sobre lo que nunca se debe poner alguien en una ocasión especial. El caso es que muchos de esos errores clamorosos a la hora de vestirnos no los solemos cometer en el día a día, porque no acostumbramos a arriesgar mucho y somos más fieles a un estilo de 'eficacia probada'. ¿Cuándo son frecuentes los looks horribles? Pues, precisamente, en esta época, cuando tenemos un montón de citas prenavideñas -comidas de empresa, cenas con amigos...- y también en los días señalados que están por venir, como Nochebuena y Nochevieja (uff, tan propensa al exceso y al desastre estilístico) . Son esas ocasiones en las que, en lugar de 'brillar' más, a menudo lo que termina brillando, pero por su ausencia, es nuestro sentido del gusto o de la oportunidad.
«Principalmente, metemos la pata porque no preparamos nuestros looks con antelación y las prisas no son el mejor aliado para acertar con la elección. Además, tenemos cierta presión interna por querer impresionar y al final escogemos rápido y... regular», explica Elena Regadera, asesora y consultora de imagen. Según detalla, los errores más habituales son: no adaptarnos al evento, ir vestido de una manera que no vaya acorde a la cita -lo que puede hacernos sentir fuera de lugar- y sobrecargar los looks con lentejuelas o brillos... «Recuerda, menos es más», insiste Regadera. Y otro consejo básico para acompañar a esta máxima: «Hay que cuidar los pequeños detalles, ya que, si llevamos un buen look pero no prestamos atención a los zapatos, el maquillaje o el peinado..., va a perder fuerza».
Pero, si hay algo que debemos evitar estos días, es «seguir una tendencia e intentar meterla en nuestro look como sea, en lugar de elegir un atuendo cómodo y seguro. ¡Hay que elegir algo que nos represente y nos haga sentir bien!», recalca la estilista. Sobre todo este año, porque una especie de conjunción astral ha puesto muy de moda algunas tendencias que son 'delicadas' si queremos resultar elegantes y que, de hecho, en épocas pasadas se vinculaban a lo hortera, a lo macarra, a fondo de armario de mujeres de mafiosos de película, a glamour mal entendido, a algo que pretende ser sexy y se queda en chabacano... ¿A qué tendencias nos referimos? A estas, que Elena Regadera y María Uranga, también asesora de imagen, analizan para que las usemos bien.
No vamos a ver más que 'leopardas', 'serpientes', 'tigresas'... Pero, ojo, que estos estampados tan vistosos pueden resultar terriblemente ordinarios si van mal acompañados. En las 'celebrities' los vemos bien, pero debemos tener en cuenta que ellas llevan prendas de mucha calidad y la calidad, en este caso, es fundamental para que el resultado sea bueno. «A mí personalmente me gusta, pero tiene que ir con un tejido de calidad para que quede bien. Si te pones una mala licra de leopardo..., ¡mal!», advierte Uranga.
Para Regadera, el animal print «quizás no es la mejor elección para un evento festivo: mejor usarlo por el día y en clave más sport. Sobre todo funciona en complementos o pantalones cuando los llevas en modo casual, aconseja Regadera. «Y cuidado: no mezclarlo con lentejuelas o parecerás un árbol de navidad», alerta.
«Puede agregar un toque de elegancia y modernidad. Si el evento es de noche, puedes optar por una chaqueta para celebraciones al aire libre. También con las minifaldas de cuero negro, combinadas con una blusa, puede quedar un look muy sofisticado», tranquiliza Regadera. No debería ser complicado. Pero también es verdad que conviene 'suavizarlo' con acompañamientos sobrios. Y otro consejo: no usar prendas de este material demasiado ajustadas ni demasiado cortas.
El brilli-brilli es tan navideño... Lo vemos en faldas, minivestidos y pantalones. Además, las prendas en colores brillantes también son la tendencia del año... ¿Lo mezclamos todo? «Es mejor combinar estas cosas con una camisa blanca para un toque más formal, o un body negro», sugiere Regadera. Las faldas de lentejuelas también van bien con algo de punto por arriba para darle «ese toque más relax y sandalias». Es decir, mejor dosificar, salvo que tengamos la firme intención de que nos vean desde la Estación Espacial Internacional. «Y cuidado, porque, salvo que sean 'paillettes', suelen hacer más ancha la silueta. Si no queremos este efecto, mejor meter las lentejuelas en las partes de arriba», avisa Uranga, quien también recuerda que ojo con las joyas si ya llevamos brillo en la ropa. No hay qie saturar. «Pero en general el brillo sienta bien, salvo a personas con la piel grasa», añade.
Está muy de moda y es muy elegante. ¿Cómo llevarlo? En un evento nocturno, Regadera aconseja con un top crop . «O también puedes optar por un traje entero de terciopelo en colores oscuros. Será un acierto para este tipo de evento. Para el día mejor con blusa color champagne, una beis de seda o algo de cuello alto de punto», señala Regadera. «Se lleva mucho el granate, o burgundy. Y en terciopelo queda genial. Pero a mí en azul noche... me encanta -desvela Uranga-. Una chaqueta de terciopelo de este color es un acierto siempre y le da el toque a cualquier cosa». Pero, para ella, el requisito fundamental es «saber defender» lo que lleves e ir segura. Nada sienta mejor que eso.
¿Ellos también piensan mucho en sus looks de Navidad? «Bueno, se comen menos la cabeza, pero vamos a darles una idea con diferentes combinaciones de estilismo», anima Regadera. «Para los canallas, camisa fluida estampada, pantalón formal, un accesorio que le dé el toque (como una cadena de plata) y botines negros o de ante marrones. ¿Para los minimalistas? Total look monocromo (traje liso con americana, pantalón, camiseta del mismo tono que el traje y zapato de piel)». Tal y como apunta Regadera, los transgresores pueden optar por un traje clásico con algún toque original «y combinarlo con unas deportivas». «Acompañado de alguna joya historiada, rematará un look en el que la actitud será el 80%», añade. Si se quiere tirar hacia lo sexy, «camisa desabrochada al más puro estilo rumbero y con transparencias. ¿Atrevido? Puede. ¿Con mucho rollo? Desde luego». ¿Y los roqueros? Vaqueros gastados, la camiseta que no te abandona en tus planes más especiales y una cazadora bomber... de lentejuelas, si hay valor.
Hay tres siglas mágicas para las indecisas, para las que quieren ir bien vestidas sin pensar mucho: LBD, es decir, Little Black Dress, el vestido corto negro de toda la vida, que para las estilistas y para el resto de la humanidad resulta más o menos infalible... Además, está a punto de cumplir cien años sin que el tiempo haya hecho mella en él.
Esta icónica prenda, creada por Coco Chanel, es uno de los mayores éxitos de la historia de la moda, una de esas prendas de fondo de armario en las que conviene invertir. Y que se puede 'customizar' fácilmente con complementos para darle un aire distinto en cada ocasión. Con tacones, con bailarinas joya o de punta, con deportivas... son un acierto para cualquier compromiso.
«Uno de los largos más versátiles y favorecedores es el midi, pero muy concreto: justo dejando a la vista el tobillo. Si te parece soso, siempre puedes jugar con las mangas, que cobran protagonismo en los looks de fiesta, las vemos estilo globo, extralargas o semitransparentes. O también combinándolo con unos buenos accesorios como un colgante de perlas», propone Regadera si lo queremos usar en estas fechas.
Este vestido 'apareció' en 1926, cuando la revista 'Vogue' publicó un boceto de Coco Chanel. Ella lo firmó como Chanel's Ford, porque pretendía que se convirtiera en algo tan popular y extendido como los coches Ford en aquellas fechas. Ahora habrá quien piense que los vestidos negros a la rodilla no son un invento suyo. Claro que no, pero es verdad que, antes de que Chanel lo lanzase como opción elegante para todo, este modelo se reservaba solo para ocasiones fúnebres. Eso sí, el modelo que concibió Chanel tapaba la rodilla -no le gustaba que se viesen «esas articulaciones», como decía peyorativamente-, era holgado y tenía manga. Algo pacato, sí, pero su éxito fue fulgurante porque tenía (tiene) el superpoder de favorecer a todas las mujeres. Por eso evolucionó y voló libre hacia distintas versiones.
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