Secciones
Servicios
Destacamos
Todo el mundo identifica la Navidad con unas fechas muy familiares, de cenas y comidas con parientes y amigos, de compras y regalitos, de actividades con los peques..., todo con mucho ajetreo, la agenda a reventar y sin mucho tiempo para nada (sí, adiós gimnasio ... y otros hobbies hasta después de Reyes). Vamos, que, en medio de este jaleo, cuesta pensar que la gente tenga ganas y tiempo para echar una cana al aire. Pues nos equivocamos, la Navidad se ha convertido en el escenario perfecto para las infidelidades. Al menos, así lo acaba de revelar un estudio realizado por Ashley Madison, que se define como «la plataforma líder en relaciones discretas», es decir, un portal de citas para infieles.Según han constatado, las fiestas navideñas, y muy especialmente las cenas de empresa, «son el epicentro de aventuras amorosas que pocos confiesan, pero muchos protagonizan».
Noticia relacionada
El 61% de los encuestados admite haber deseado tener una aventura en las fiestas de la oficina... ¡y un 40% realmente lo llevó a cabo! De ellos, un 85% asegura que nunca fue descubierto y un 82% afirma que no hubo consecuencias para su vida. ¿Qué evidencian estos porcentajes? Que estos encuentros suelen ser «intensos y discretos», indican los expertos de Ashley Madison. Y se quedan en eso.
Si estos días alguien tiene una cena de empresa, estará pensando ahora mismo que quizás en este tipo de quedadas no hay tanto despendole... o sí, porque todos conocemos casos (y luego están todos aquellos de los que no nos enteraremos nunca, claro). Pero, veamos, ¿por qué estas citas de empresa se prestan tanto a las infidelidades? La psicóloga y experta en terapia de parejas Lara Ferreiro señala que el fenómeno responde a una combinación explosiva de factores que ella denomina el «cóctel navideño».El primer ingrediente es la proximidad laboral: «El roce diario genera vínculos que pueden superar los límites profesionales. Está demostrado que pasar más de 200 horas junto a una persona aumenta la probabilidad de desarrollar atracción sexual o romántica, especialmente en profesiones de alto estrés como médicos, policías o bomberos».El segundo factor, que 'ayuda' al primero y lo potencia al máximo, es el alcohol. «Actúa como un desinhibidor y puede llevar a decisiones impulsivas que probablemente no se tomarían en otras circunstancias», advierte Ferreiro. A todo esto le añadimos un tercer aliño, la falta de supervisión sentimental: «La ausencia de la pareja en las cenas de empresa fomenta una sensación de libertad que muchos valoran», añade. Así que ya tenemos una mezcla de atracción previa más desinhibición más sensación de ir sin ataduras... y eso son muchos boletos para liarla.Pero hay dos realidades más –estas más profundas– que hacen que ese entramado 'facilitador' que acabamos de presentar acabe en cuernos: los dramas familiares de cada cual –«la presión emocional típica de estas fechas hace que muchas personas busquen una vía de escape», apunta la psicóloga– y la necesidad de conexión humana, «aumentada por el espíritu festivo».
Este cóctel emocional explica también las razones que los encuestados de Ashley Madison dieron para justificar sus aventuras durante estas celebraciones: el 59% achacó los cuernos a la atracción que sentían por el otro –es decir, a que la chispa acumulada durante el año encontró su momento perfecto–, el 52% aludió a que se dejó llevar por la euforia festiva y no pensó en las consecuencias, el 26% lo atribuyó a que no le iba bien con su pareja habitual y aprovechó la ocasión para darse un homenaje... y, sí, el 22%culpó directamente al exceso de alcohol. Con cantidades pequeñas (dos tercios de una cerveza normalita o dos copas de vino) el cerebro ya se desinhibe y el relax en nuestros sistemas de control se expresa de distintas maneras según la personalidad de base de cada cual: habrá a quien le dé por estar más parlanchín o más graciosillo, otros se pondrán taciturnos, protestones o incluso agresivos... y a una importante proporción le dará por hacer cosas que en condiciones normales no haría, como coquetear con compañeros y compañeras. ¿Tanto nos cambia el alcohol? Ojo, los expertos dicen algo inquietante al respecto: borrachos somos como somos, pero con mayor intensidad. Así que al día siguiente de la cita navideña con desliz ni siquiera se puede decir eso de 'no era yo'. Lo eras, pero en una versión excesiva y temeraria.
Además de todos estos factores que explican las infidelidades por estas fechas, ¿hay alguna circunstancia propiciatoria más? Sí, el 12% culpó de su 'affaire' navideño a la soledad que les abruma durante estas fechas, en las que hay una especie de mandato cósmico para ser felices... y mucha gente no lo siente así y quiere experimentar algún momento de alegría.
Dicho esto, muchas personas se estarán preguntando ahora dónde se 'ejecutan' estas infidelidades, que surgen en un entorno donde hay mucha gente y muy pocas posibilidades de no ser visto.Según la encuesta del portal de citas, los hoteles (25%) y la casa de alguno de ellos que por lo que sea está vacía (16%) son las dos opciones más habituales. Pero luego el informe alude a «otros escenarios para quienes disfrutan del riesgo», como coches (15%, «suele ser un momento íntimo antes de volver a casa», apuntan los autores) y durante el propio evento (13,6%, «para quienes no pueden esperar»). Y un dato curioso que recoge la encuesta: el 14% la lía al día siguiente en la oficina, es decir, se queda con las ganas y 'culmina' después (¡con la cabeza fría y, posiblemente, resaca!).
Quizá lo más sorprendente sea que el 93% de los encuestados nunca se arrepiente ello. Según Lara Ferreiro, esto se debe a la percepción generalizada de que «lo que pasa en la cena de Navidad... se queda en la cena de Navidad».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.