Olas submarinas profundas
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Cuando hablamos de olas solemos pensar en las generadas por el viento, las mareas y, en el caso de tsunamis, por eventos sísmicos, en la superficie de los mares o lagos. Sin embargo, en los océanos existen otros tipos de olas de las que apenas ... se habla. Por ejemplo, las olas submarinas profundas ('olas internas') formadas por grandes masas de agua que oscilan en el fondo oceánico. Pueden alcanzar alturas de hasta 170 metros y viajar a largas distancias a una velocidad de unos pocos centímetros por segundo. Hasta ahora, se sabe que las olas profundas más grandes se producen en el estrecho de Luzón, entre Taiwán y Filipinas. No son perceptibles en la superficie, debido a que solo provocan subidas de agua de centímetros. Sin embargo, pueden producir corrientes de agua y, tienen una importante influencia en el clima de la tierra y, en los ecosistemas oceánicos.
En el océano existe una variación de la salinidad y de la temperatura con la profundidad. Se dice que su densidad está estratificada. Las olas superficiales hacen que la variación de densidad en aguas próximas a la superficie sea muy pequeña pero, a una cierta profundidad, se produce un cambio abrupto. La capa de agua donde se produce ese cambio abrupto se llama termoclina. Una de las causas de las olas internas es, precisamente, la distribución, no uniforme, de densidad. Estas olas difieren de las de la superficie del océano, producen tormentas en los que se llaman puntos calientes y transportan verticalmente calor y materiales. Son las que fuerzan el viaje del CO2 y del agua superficial caliente hacia el fondo del océano. Se puede decir que estas olas son una importante pieza, entre las que faltan por colocar, en el puzle del cambio climático: la transferencia de calor y CO2 de la atmósfera a las profundidades del océano. Además, tienen una influencia definitiva en el transporte rápido de oxígeno, plancton y nutrientes desde la superficie al fondo o viceversa.
Aún no hay una teoría sobre la aparición de estas enigmáticas olas gigantes. Esto se debe a que el océano es tridimensional, de formas complejas, con una estratificación no uniforme y de dimensiones enormes. Las simulaciones y los experimentos de laboratorio proporcionan alguna explicación pero, para una teoría definitiva es fundamental observar sus inusuales propiedades en el mar. Algo que, debido a la falta de instrumentos adecuados, sigue siendo un desafío. No hay un instrumento que pueda mostrar una buena visión espacio-temporal del campo interno de estas olas. Un sistema de observación que está mostrando cierta relevancia, es la utilización de los satélites artificiales y de la estación espacial. En Grenoble, está el tanque de ensayos más grande del mundo. En el se reproducen, a escala, los suelos oceánicos y, variando la salinidad y la temperatura, se simula la estratificación de la densidad del océano. Aún queda camino.
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