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¿Puedo untar el pan en la salsa? ¿Las croquetas se comen con la mano?Escucha la noticia
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Imagínate que estás en una comida más o menos informal con unos conocidos y sacan al centro de la mesa unos entrantes para compartir. Croquetas, ... patatas bravas, aceitunas, unos embutidos... ¿Qué haces? ¿Coges una croqueta de la bandeja con la mano y te la comes directamente? ¿La pinchas con un tenedor y te la llevas a la boca? ¿La sirves en tu plato y usas cubiertos? Empiezas a resoplar porque no lo tienes muy claro, así que esperas un poco a ver qué hacen los demás. Pero, claro, tienes hambre así que echas mano al pan. Uff, siguiente en la frente. '¿Cuál es el mío?', piensas. ¿El de la derecha o el de la izquierda? «El de la izquierda, siempre el que está situado a tu izquierda», resuelve Marina Fernández, directora de comunicación de la Escuela Internacional de Protocolo (EUP), con sedes en Madrid, Barcelona y Valencia.
Para salir airosos y no meter –demasiado– la pata en este tipo de situaciones, la experta aconseja «naturalidad. El protocolo existe para hacernos las cosas más fáciles, no al revés». Con esto claro, volvamos a la situación del inicio. ¿Cómo comemos las dichosas croquetas? «Si nos han puesto un plato para compartir, lo que tenemos que hacer es pinchar la croqueta con el tenedor, llevarla en nuestro plato y aquí tenemos dos opciones: si tenemos cubiertos es porque se supone que se deben utilizar, pero también podemos llegar a un acuerdo con el resto de la mesa para tomar los entrantes con las manos. Si a todos les parece bien, adelante. En caso contrario, comeremos la croqueta con los cubiertos. Y lo mismo con las patatas bravas, las aceitunas o una pizza», explica Marina Fernández.
Otro plato que siempre causa muchas dudas es el marisco, sobre todo en comidas más formales. ¿Pelamos las gambas con cubiertos o con las manos? «En principio es con pala de pescado y tenedor, pero mi consejo es que sigas siempre la pauta que marque el anfitrión. Es decir, si el que invita las come con la mano, te da permiso para que tú lo hagas. Y, ojo, porque también se puede meter la pata como anfitrión. Por ejemplo, si te gusta comer el marisco con cubiertos, pero sabes que tus invitados no se manejan bien con la pala o la pinza, ponerles cubiertos es una descortesía por tu parte porque los estás metiendo en un compromiso horroroso», advierte la experta en protocolo.
Otro momento de la comida o la cena en el que todo el mundo se termina mirando para ver qué hace el de al lado es cuando el plato lleva alguna salsa. ¿Se unta o no se unta? «Por su supuesto, cómo vamos a perdernos ese placer de mojar el pan en la salsa. Para nada es de mala educación, es un piropo para el cocinero y para el restaurante. Lo que pasa es que hay que hacerlo bien. Se corta un trocito de pan pequeño, que nos quepa en la boca de una sola vez, se pincha con el tenedor y se unta en la salsa de nuestro plato no de la bandeja común. Si estamos en un ambiente extremadamente familiar, podemos saltarnos el paso de pincharlo con el tenedor. El ambiente es el que marca el tono de nuestra 'actuación'. Pero una cosa es estar relajado y otra ser un maleducado. Eso, nunca», sentencia Marina Fernández.
El protocolo en la mesa varía tanto de unas culturas a otras que lo que en un país se considera un gesto de agradecimiento en otro puede entenderse como una grosería, por eso debemos ser especialmente cuidadosos cuando nos sentamos a la mesa en el extranjero.
En Reino Unido se considera de muy mala educación llegar tarde a una comida, mientras que los países de América Latina son incluso más flexibles que España con los horarios. Sin embargo, en Tanzania ocurre todo lo contrario. Hay que llegar tarde.
El manual de uso de los palillos es igual de importante para los japoneses que para nosotros el de los cubiertos. Ni se cruzan ni se chupan, ni se pinchan en el arroz. Otra costumbre es que el anfitrión da la orden de empezar a comer tres veces. Las dos primeras se deben ignorar.
La manera de demostrar el aprecio por la comida también es diferente según los países. En China, Rusia, Filipinas o Camboya está mal visto no dejar nada en el plato, mientras que en Grecia no repetir se entiende como una absoluta descortesía por parte del invitado.
Si visitas Hungría olvídate de chocar las copas en un brindis, ni siquiera en un contexto informal. Llegó a estar prohibido hasta 1998 porque les recordaba demasiado a las celebraciones austríacas con motivo de la victoria en una revuelta del siglo XIX.
En Estados Unidos la cultura de la propina está muy arraigada, entre otras cosas porque es parte fundamental del salario de los camareros. Eso sí, si consideras que el servicio que te han prestado ha sido malo, una manera de protestar es dejar 5 centavos de propina.
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