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La Alhambra de Granada es uno de los monumentos más visitados del mundo. Es uno de los mejores ejemplos donde el agua y la luz realzan de forma excepcional a la arquitectura. El agua funciona como un espejo en el que se refleja la arquitectura ... y los elementos decorativos. Estos reflejos combinados con la luz dan lugar a composiciones ilusorias que producen un suavizado de la arquitectura horizontal. Una arquitectura que busca impactar al visitante con una búsqueda exquisita de los materiales y un original desarrollo matemático de los rectángulos y arcos. A esta explosión de belleza hay que añadirle un segundo factor, que también impacta en el visitante, el especial diseño de los jardines. Pero existe otro factor: la decoración.
En la decoración tenemos los mosaicos, un medio aditivo en el que una pieza sigue a otra. Se conoce su uso, por lo menos, desde el cuarto milenio antes de Cristo. Los mosaicos en la Alhambra son utilizados por dos motivos. Uno se debe a razones estéticas. El otro está relacionado con la representación de la idea del Islam. Pero, debido a que la religión no permite representar gráficamente a Dios, se recurre a ideas, conceptos o epigrafías. Así, los tres principales elementos decorativos son los diseños geométricos, los elementos caligráficos y los adornos florales.
Pero, ¿qué es un mosaico?. Una imagen que se repite de forma infinita. Un motivo que utilizando operaciones de simetría (traslaciones, reflexiones y rotaciones) se va repitiendo hasta ocupar todo el plano. La palabra todo es fundamental, significa que se rellena el plano sin dejar huecos. No olvidemos que el mosaico tiene dos dimensiones, por ello todas las operaciones de simetría se realizan en un plano, no en el espacio. El plano puede ser una pared, un suelo o un techo.
¿Qué tienen de excepcional los mosaicos de la Alhambra? La excepcionalidad está relacionada con la forma en que se pueden combinar las operaciones de simetría para llenar el espacio. Estas combinaciones se llaman grupos de simetría y fue a finales del S.XIX cuando Federov demostró que el plano solo se cubre completamente con 17 combinaciones (grupos de simetría). Cuando se analizan los mosaicos de la Alhambra nos llevamos una gran sorpresa: es el único monumento del mundo en el que aparecen representados los 17 grupos de Federov. Estamos ante un diseño del siglo XIV realizado con los conocimientos matemáticos de finales del XIX. Ante este hecho nos quedan dos posibles interpretaciones. La primera es pensar que los decoradores de la Alhambra conocían toda la teoría matemática que desarrolló Federov, algo poco probable. La otra es que dado que hay una relación directa entre nuestro concepto de belleza y el de simetría, los diseñadores de los mosaicos llegaron a un altísimo nivel intuitivo de abstracción. Algo que nos dice que en la Alhambra disfrutamos de su belleza y de su ciencia.
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