Martín Garzo, ayer en Oviedo durante la entrevista. :: ÁLEX PIÑA
Cultura

«La imaginación sirve para ahondar en la realidad»

Gustavo Martín Garzo EscritorMartín Garzo vuelve con 'La puerta de los pájaros', un relato en el que reivindica la fantasía para adultos

MARÍA LASTRA

Jueves, 29 de mayo 2014, 10:30

El territorio de lo fantástico, donde la realidad se desdobla para invitar a mirar con nuevos ojos el mundo, es el suelo que pisa firme, pero con delicadeza, 'La puerta de los pájaros', el último libro de Gustavo Martín Garzo. El que fuera Premio Nadal y Premio Nacional de Narrativa regresa con un relato que reivindica la fantasía para adultos.

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-Un unicornio y una princesa como protagonistas. ¿Puede ser la literatura fantástica un género de adultos?

-La fantasía es un territorio que puede interesar al niño, al adolescente, y que a mí me gustaría que interesara también al adulto. Los mayores dan la espalda a los cuentos, y es un gran error. Los mitos, los cuentos, tratan sobre las grandes preguntas que se nos plantean como seres humanos. El mundo actual es un mundo un poco sin memoria, y es una pena que estas historias que han existido siempre se olviden.

-Imaginación, sueños, deseos... aparecen en los relatos, pero tienen también mucho de real.

-Exacto. Forman parte de eso que no vemos, de aquello de nuestra vida que queda fuera de la razón, y que la literatura explora. La imaginación, lejos de arrinconar la realidad, sirve parar ahondar en todo lo real.

-El bosque como escenario mágico o la infancia son elementos muy reconocibles de su literatura que aparecen también en este libro.

-En ese mundo es donde el niño se mueve como pez en al agua. Él vive la realidad de una manera imposible para el adulto. Tiene una mirada más abierta.

-¿Y cómo mantener esa mirada del niño?

-El poeta Rilke ya dijo en su día que 'la verdadera patria del hombre es la infancia'. Es la etapa de la vida más creativa. En los adultos cada cosa es lo que es y no puede ser diferente, sin embargo el niño en cada lugar puede encontrar una puerta distinta que lo transporte a otro lugar, como ocurre con 'Alicia en el país de las maravillas'. Esos territorios a los que nos lleva la imaginación nos complementan. Prescindir de ellos es como sufrir una amputación.

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-Vuelve a contar con las ilustraciones de Pablo Aulardell. ¿Qué aportan al relato?

-Un libro ilustrado es el encuentro de dos creadores. Cada uno sigue su camino, pero convergen en el mismo lugar. Lo cierto es que las ilustraciones de Pablo me han conmovido de manera especial. Hizo su propia lectura del libro, y me gustó mucho porque lo que reflejó tiene mucho que ver con lo que yo quería contar. Quiero que en este libro se escuche dialogar a la belleza y a la pena.

-Mucha mitología y fantasía. En cambio, la literatura española siempre ha sido más realista.

-Cierto, y es curioso teniendo a Cervantes, que fue un gran fabulador. La literatura de este país procede más de la picaresca, que es totalmente realista. Sin embargo, sí creo que cada vez más escritores escriben fantasía de una forma u otra. Además, siempre esperamos que una novela, aunque sea realista, nos llegue al corazón, y esto conlleva algo de fantasía e imaginación.

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-¿Y dónde encuentra uno esa puerta de los pájaros de la que habla?

-Existe realmente. Está en Comillas, y es una puerta que diseñó Gaudí. Observó el vuelo de las gaviotas, y de él trazó la puerta. En ella aparecen tres cavidades, una para los carruajes, otra para las personas y una última para los pájaros, que permite asomarse al otro lado de la imaginación. Un libro es en buena parte una puerta así, por eso elegí este título para la obra.

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