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El retablo, procedente de la Catedral de Oviedo, cubre toda la pared de la iglesia cabraliega. :: NEL ACEBAL
Cabrales luce el retablo de la Catedral
Oriente

Cabrales luce el retablo de la Catedral

La actuación, que ha obligado a trasladar las celebraciones religiosas a la capilla de San Juan, se inaugurará el próximo 15 de junio El altar se está instalando en la iglesia de Santa María de Llás tras una profunda restauración

ANA MORIYÓN

Viernes, 16 de mayo 2014, 02:36

Aunque aún cubierto de andamios, la iglesia de Santa María de Llás, en Arenas de Cabrales, presume por primera vez de retablo después de que durante la guerra civil se quemara el altar de madera de nogal que costeó para este templo Juan Antonio Mestas y Cossío.

Al contrario que aquella pieza, por la que aún suspiran los mayores de esta parroquia, el nuevo retablo no ha sido encargado expresamente para este templo, sino que fue retirado hace dos años de la capilla de la Virgen de Covadonga de la Catedral de Oviedo en avanzado estado de deterioro, prácticamente comido por la carcoma. Pese a ello, la parroquia de Cabrales ha conseguido salvarlo de las cenizas y darle una segunda vida. «Cuando me enteré de que lo iban a retirar pedí al restaurador Jesús Puras que lo fuera a ver para ver si tenía remedio y me dijo que sí, aunque me advirtió de que sería muy costoso. Luego hablé con el deán de la Catedral para solicitar su cesión y la propuesta se trató en la reunión de los canónigos, que la aprobaron por unanimidad», recuerda el sacerdote de Cabrales, Pedro Fernández, quien considera que pese a que la actuación supone un importante esfuerzo económico para la parroquia, «ha merecido la pena». «Hubiera sido una pena tremenda que una pieza de semejante valor hubiera terminado en los sótanos del seminario», opina.

El retablo fue construido para la Catedral de Oviedo en 1954 en unos talleres de Álava con motivo del año de la Santa Cruz y se confeccionó con estilo barroco para entonar con el resto de los retablos que están en la girola del templo ovetense. Precisamente este estilo barroco hace que «case perfectamente con la bóveda de Santa María de Llás» y, con respecto a su tamaño, «es como si lo hubiéramos encargado para este iglesia, porque cubre toda la pared, está a medida», celebra Fernández. Además, «con tanta talla como tiene es una cosa extraordinaria. A los vecinos les va a encantar», vaticina.

Desde 2013

El camino para llegar hasta aquí no ha sido fácil porque el mal estado en el que se encontraba el altar obligó a desarrollar un meticuloso trabajo de restauración. «El mayor problema era una proliferación de insectos xilófagos muy acusada, pero también que el desmontaje en la Cámara Santa no fue el más correcto, no fue realizado por restauradores», lamenta Jesús Puras. A su taller de Piloña llegó a principios de 2013 y durante todo este tiempo se trató con mimo pieza por pieza. «El tratamiento se hizo por inmersión para que cada pieza absorbiera lentamente el insecticida, y eso lleva su tiempo. Aunque superficialmente se puede tratar la madera, las larvas siguen trabajando en el interior. Por eso hay piezas que han estado sumergidas tres semanas y otras hasta un mes», explica el restaurador. Cada una de ellas precisó después de un tiempo de secado que, en algunos casos, se prolongó durante siete y ocho meses. «De hecho hay piezas que no han evaporado totalmente, lo harán con el tiempo en la propia iglesia», aclara.

En el centro del retablo luce ya la joya de la corona, el alto relieve de la Virgen de la Asunción elaborado para la ocasión por el también escultor Jesús Puras. Una imagen que sustituirá a la que hasta el momento presidía la iglesia parroquial y que, tal y como confirmó el sacerdote, quedará reservada para la celebración de procesiones.

El equipo dirigido por Puras trabaja estos días en la instalación del retablo en el templo cabraliego, lo que ha obligado a trasladar las celebraciones religiosas a la capilla de San Juan al menos durante este mes de mayo. La inauguración está prevista para el próximo domingo 15 de junio, con la presencia del arzobispo de Oviedo y la actuación del Corri Corri. No es para menos ya que, en opinión de Pedro Fernández, la iglesia de Santa María de Llás atraviesa ahora un momento histórico. «Su primer momento de esplendor fue en el siglo XIII cuando la fundaron los escuderos de Arenas y luego en el siglo XVIII cuando los indianos se volcaron con ella. Ahora vive el tercero ya que desde 1996 se ha restaurado prácticamente entera, desde sus bóvedas, su cubierta, las paredes, el pórtico y ahora, con el retablo, se pone la guinda a la tarda», celebra.

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