Oriente

El Pindal, el lienzo de los mamuts asturianos

La cueva ribadedense es la única de la región que contiene representaciones paleolíticas claras de este extinto animalLa gruta se encuentra enclavada sobre un acantilado encima del mar Cantábrico en el espectacular entorno de San Emeterio

TERRY BASTERRA

Viernes, 25 de abril 2014, 04:41

De las 120 cuevas con arte paleolítico en su interior descubiertas en la Cornisa Cantábrica apenas un puñado de ellas contienen representaciones claras de mamuts y sólo una se encuentra en territorio asturiano. Ésta es sólo una de las peculiaridades de El Pindal, una amplia cavidad de unos 600 metros de longitud situada en el espectacular entorno de San Emeterio, en el municipio de Ribadedeva, y que se encuentra bajo un bosque de encinas. La visita a esta cavidad fue una de las principales actividades celebradas ayer dentro de las jornadas 'Un viaje a la prehistoria del Oriente' y que ayer estuvo dedicada al arte paleolítico de El Pindal.

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Situada sobre un acantilado, desde su entrada se aprecia una bella vista del mar Cantábrico salpicado de pequeños islotes golpeados por las olas que también embaten contra la parte baja del precipicio. Su orientación Este hace que los hombres prehistóricos decidiesen no habitar en su interior. Al menos no se hallaron restos de asentamientos en la gruta durante las investigaciones realizadas en ella. Esto pudo deberse a la humedad de este entorno, algo que persiste hoy en día pese a que el clima actual dista mucho del ártico que predominaba hace 20.000 años. Pero sí que la eligieron para dejar dentro de ella parte de su arte.

En esta cavidad hay numerosas representaciones de animales entre las que son perfectamente visibles la cabeza de un caballo o varios bisontes. También hay presencia de ciervas, el animal más recreado por el arte paleolítico en las cuevas cantábricas, así como el grabado de un pez. Una de estas ciervas destaca sobre el resto ya que para su realización el artista se sirvió de distintas aristas de la roca sobre las que pintó unos puntos verticales, lo que aporta profundidad a esta imagen.

Punto rojo en el pecho

Pero sin duda las pinturas animales que más llaman la atención en El Pindal son las de los dos mamuts plasmados en sus paredes, uno de ellos perfectamente visible en la parte final del tramo visitable y que además está recreado con un gran punto rojo en su pecho.

Estos enormes elefantes lanudos prehistóricos ya extintos habitaban en climas árticos. Pero la Asturias de entonces poco se parecía a la de ahora. Su clima era notablemente más frío al encontrarse hace 20.000 años en plena edad de hielo. Su orografía distaba de la actual debido entonces al gran desarrollo de casquetes polares que hicieron que el mar estuviese varios kilómetros retraído respecto a su línea actual. La fauna tampoco era la misma. Había osos cavernarios, rinocerontes lanudos, uros o mamuts. De todos estos animales se han encontrado restos fósiles en la Cornisa Cantábrica. Por ello los investigadores no descartan que incluso los hombres prehistóricos que pintaron El Pindal pudieran ver pasar desde la entrada de la cueva manadas de animales, entre ellos mamuts, por la estepa situada bajo el acantilado y que ahora está cubierta por el mar.

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Pero además de figuras de animales lo que más pintaron en tonos rojos obtenidos del óxido de hierro aquellos artistas prehistóricos en El Pindal fueron unos signos cuyo significado se perdió con ellos. El más común es el punto. Los hay aislados pero también agrupados. También aparecen unas líneas verticales con una ligera curvatura a la derecha similares a otros aparecidos en cuevas de los Pirineos que algunos investigadores interpretan con la representación de los cuerpos de mujeres vistos de perfil, mientras que otros las identifican con herramientas de caza de los prehistóricos. No faltan en El Pindal otros extraños símbolos de difícil interpretación, uno de ellos de forma laciforme que se asemeja a la letra P.

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