Cáritas estrena casa en Villaviciosa

«Cada vez hay más gente normalizada que está en riesgo de exclusión». Pese a lo repetitivo que puede sonar la frase extrapolada a otras entidades y a otras localidades, la responsable de Cáritas en Villaviciosa, Marifé Vega, es partidaria de no negar la realidad. «Todos los días llega gente pidiendo ayuda; claro que hay quien se intenta aprovechar, pero para evitarlo hacemos siempre un seguimiento a la persona, tanto de su problemática como de su trayectoria», añade.

La organización, que atiende a vecinos de Colunga, Villaviciosa y Cabranes, acaba de estrenar centro social en la capital del concejo maliayo -en el número 37 de la calle Magdalena- y en pocos días ya lo han llenado de contenidos. «Seguimos dos líneas de actuación, una con mayores en residencias y domicilios y otra con inmigrantes, con actividades dirigidas a buscar su promoción», explica Vega. El objetivo es completar las actividades con charlas, talleres y formación dirigidos tanto a los usuarios como a los voluntarios, que en la actualidad suman cerca de setenta.

Los miércoles, Día de Acogida

Por otro lado, los miércoles es el denominado Día de Acogida, que ya ha prestado servicio a una veintena de familias. «Se atiende y escucha para ayudar a la persona en lo que necesite», explicó Vega. Teresa Martínez, Jesús Quiroga y Sandalio Mieres son los voluntarios encargados de recibir a los demandantes de ayuda. «Suelen venir matrimonios de mediana edad con hijos, pero también algunos mayores con nietos; lo que más reclaman son vales de alimentos», apuntan. La organización sufraga también facturas, reparaciones y cuenta con una bolsa de trabajo para desempleados.

El centro social complementa además la labor que Cáritas realiza en la parroquia y en la tienda 'Espacios con corazón' de la calle Cervantes, donde trabajan con ropa de segunda mano y organizan talleres de costura enfocados al reciclaje de prendas. «Se trata de apostar siempre por la promoción de la persona y hacerla responsable y autosuficiente», destaca Vega. Un ejemplo que llevan a la práctica con los ususarios de la zona rural. «Facilitamos semillas de todo lo que se puede cultivar, para que gestionen su propio huerto», añade.

Por el momento, el centro permanece abierto por las mañanas de 10 a 14 horas y por las tardes aún sin horario fijo. «Es un espacio de todos y para todos, para prestar ayuda pero también para darnos a conocer y divulgar», asegura Vega, quien hace un llamamiento a los jóvenes para que se hagan voluntarios. «Nos hace falta el relevo generacional», apunta. La organización ya ha iniciado contactos con el Colegio San Rafael, de Villaviciosa, para promover actividades de consumo responsable y la participación juvenil.