Ignacio Pérez. :: LVA
Castrillón

La autopsia revela que Ignacio Pérez, 'Nacho el controlador', falleció por causas naturales

A los 62 años, murió en su casa de Peñarrey como consecuencia de un fallo cardíaco y el funeral se celebra hoy en la iglesia de La Magdalena

J. F. GALÁN

Jueves, 3 de abril 2014, 11:09

Ignacio Pérez, 'Nacho el controlador', como le conocía todo el mundo, falleció por causas naturales. Fallo cardíaco, según revela la autopsia practicada al hombre que el martes apareció muerto en su domicilio de Peñarrey, cerca de Las Bárzanas, en aparentes extrañas circunstancias. Vivía solo, en julio hubiera cumplido 63 años y su apodo se debe a que durante muchos años, al menos dos décadas, hasta su reciente prejubilación, trabajó como controlador aéreo en el Aeropuerto de Asturias. El entierro se celebrará al mediodía de hoy en la iglesia de Santa María Magdalena.

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El hecho de que su cuerpo apareciese tendido en el suelo desnudo de cintura para arriba y sobre todo que la habitación estuviese revuelta arrojó dudas sobre las circunstancias que envolvieron el fallecimiento y llevó a la Guardia Civil a abrir una investigación. «Le dio algo al corazón», ratificó ayer en el tanatorio su hermano Pedro.

En cuanto al estado de la habitación, «seguramente de dio cuenta de que le pasaba algo, y en su afán por buscar el teléfono o salir de la habitación en busca de ayuda movió las cosas de sitio, o quizá tropezó con algo. Eso nunca lo sabremos», lamentó.

El lunes

La muerte le había sorprendido el lunes. Ese mismo día las llamadas a la puerta de la mujer que le asistía como limpiadora del hogar no encontraron respuesta. Tampoco era la primera vez, así que decidió acceder a la casa utilizando la llave que con tal fin le había proporcionado el propietario.

La mujer hizo su trabajo con normalidad, salvo el dormitorio, siguiendo la consigna que le había dado Ignacio Pérez. «Si la puerta está cerrada es que estoy durmiendo, no entre por favor». Después se marchó, no sin cierto desasosiego. Al día siguiente, martes, se puso en contacto con un allegado, que tampoco consiguió localizarlo. Entonces el allegado acudió a la vivienda y se encontró el cadáver tendido en el suelo de la habitación, que estaba revuelta, y decidió llamar a la Guardia Civil, que tras realizar las pesquisas oportunas precintó la vivienda, a la espera de que la autopsia determinase las causas del fallecimiento.

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Hijo de un conocido constructor ya difunto, al igual que su madre, Ignacio Pérez era natural de Avilés y había vivido bastantes años en Salinas antes de instalarse en Peñarrey, un disperso y apartado núcleo rural de la parroquia de Pillarno. Soltero y sin hijos, tenía cuatro hermanos: Jorge, Pedro, Roberto y Javier Pérez García.

Tras el funeral de cuerpo presente, recibirá sepultura en el panteón familiar del Cementerio Municipal de La Carriona, donde se le practicó la autopsia. La instrucción la llevó el Juzgado Número 6.

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