«Somos gitanos, pero pagamos como los payos»

A un kilómetro de Lugo de Llanera se encuentra la localidad de Pando donde viven desde hace 20 años Arturo Montoya Vargas y Juana Jiménez Gabarri. Para acceder a su chabola hay que sortear previamente los numerosos baches de un camino al que en estas dos décadas jamás le han echado una capa de hormigón. Tampoco existen contenedores de basura, a pesar de que el matrimonio está empadronado y paga «los impuestos, como los payos, aunque seamos gitanos», resalta el cabeza de familia de los Montoya.

Durante un intervalo de diez meses, la familia residió en un piso social pero tuvo que abandonarlo por las dificultades para afrontar el pago del alquiler. «También hay gitanos buenos y honrados, como nosotros, con derecho a una vivienda digna, pero el alcalde de Llanera tiene mucho de racista y no quería empadronarnos. Tuvimos que luchar mucho para conseguirlo», reclama el patriarca de los Montoya.

El matrimonio tiene tres hijos -Gabriel, Albino y Esperanza, a la que llaman Tamara- y ocho nietos: Arturo, Laura, Bernardo, Dara, Maragá, Candela, Mónica y Juan Antonio. Para ellos, la familia «es lo primero» e intentan inculcar a los niños valores y educación. «Todos los nietos están escolarizados», dice con orgullo.

Gabriel tuvo que marchar de Pando porque «dos hijos eran asmáticos y no podían estar aquí por la humedad», comenta, pero visita con frecuencia a sus padres. «Es la obligación de un hijo», asevera. Él y Albino sostienen a sus familias con los trabajos que les van saliendo: «Con chatarra, reciclando plásticos, haciendo portes...».

Están muy agradecidos a los portavoces de IU y PSOE, Esmeralda Rodríguez e Hipólito Peláez, porque están «siempre ayudando» y no descartan pedir la mediación del delegado del Gobierno, Gabino de Lorenzo, para que el alcalde de Llanera les reciba . «Dicen que son amigos y Gabino sí que no es racista».