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Manuel Gómez-Moreno, Jesús Norniella, párroco de Santa María del Naranco de 1939 a 1965y Helmut Schlunk en el Naranco en 1963.
Memoria de Helmut Schlunk
Cultura

Memoria de Helmut Schlunk

La Asociación de Profesionales de la Arqueología organiza el próximo viernes una jornada para dar a conocer el pasado y el presente de la institución El fundador del Instituto Arqueológico Alemán fue un gran estudioso de la historia de Asturias y colaboró en la reconstrucción de la Cámara Santa

M. F. ANTUÑA

Domingo, 9 de febrero 2014, 01:38

Un 14 de abril de 1977 Helmut Schlunk se subía al estrado de la Univerdad de Oviedo para ser investido doctor honoris causa. Una vida entera dedicada a indagar en el pasado de Asturias justificaban tan insigne distinción que le llegó -cinco años antes de su muerte en Endingen- a este un arqueológo alemán que arribó muy joven a España y cuyo rol fue clave en la restauración de la Cámara Santa de Oviedo tras su destrucción en la Revolución de Asturias de 1934.

Es conocido en los ámbitos científicos y universitarios el papel de este profesor nacido en la ciudad alemana de Brandenburgo en 1906 formado en las universidades de Viena, Hamburgo y Berlín y que en 1928 llegó a España para realizar los estudios de su tesis doctoral sobre el arte visigodo. Ya nunca se alejó del arte español, en cuyo estudio y conservación se implicó a fondo. Hoy su figura recupera vigencia y actualidad de la mano de la Asociación de Profesionales Independientes de la Arqueología de Asturias (APIAA), que el próximo 14 de febrero organiza en Oviedo una jornada dedicada al Instituto Arqueológico Alemán en Madrid, que fundó Helmut Schlunk.

En el Museo Arqueológico, muy cerquita de la Catedral, a buen seguro resurgirán las memorias de aquellos tiempos de preguerra, guerra y postguerra en España en los que Schlunk convirtió a Asturias en objeto sus desvelos. Precisamente un artículo firmado por Agustín Hevia Ballina y Juan R. Muñiz Álvarez publicado el pasado año por el Real Instituto de Estudios Asturianos revela, a través del estudio de su correspondencia, el importante papel que jugó el arqueólogo en la reconstrucción de la Cámara Santa, en la que colaboró activamente junto a Luis Menéndez-Pidal. «Sin su aportación -subraya el artículo- el proyecto habría carecido de importantes datos científicos».

Tras la destrucción del 34 y aún con la guerra inconclusa, Menéndez-Pidal recibió en 1938 el encargo de liderar la reconstrucción. Aquí entra en juego su relación con el alemán, que un su primera visita a España recorrió el país a la búsqueda de información para su tesis y que regresaría después ya convertido en doctor para continuar con sus investigaciones. «Estudió la Cámara Santa antes de 1934 y de nuevo la reconoció al año siguiente, a su regreso de las Universidades de Princeton y Nueva York, donde estuvo becado y ejerció de profesor desde 1933», rememoran Hevia y Muñiz en su artículo para aportar la luz sobre el valor de esos estudios previos a la hora de afrontar la obra de reconstrucción. «En 1938 el Servicio de Patrimonio Español le solicita a Schlunk la ayuda para la obra de la Cámara Santa. Schlunk ofrece no solo planos e imágenes más relevantes, sino que incluso se presta como voluntario para la labor que va a efectuarse en Oviedo», detalla este trabajo.

El arqueólogo, que entonces estaba en Alemania, regresó en 1942 a España para fundar el Instituto Arqueológico Alemán, que cerró sus puertas en 1948 y las reabrió en 1954. En ese periodo de parón, desarrolló su labor en Valencia y trabajó para el CSIC, antes de regresar a su viejo puesto de director del Instituto en Madrid hasta su jubilación, labor que compaginó con la docencia en las Universidades de Harvard y Columbia, en Estados Unidos.

Claro que su vinculación con Asturias fue más allá de ese proyecto de la Cámara Santa. Desde los años treinta realizó diversas publicaciones. Una de ellas, dedicada a la pintura mural asturiana de los siglos IX y X, firmado junto a Magín Berenguer. «Siempre conservó su amistad con Menéndez-Pidal, si bien en los conceptos de investigación mantenían criterios distintos. Gracias a su profundo estudio y comprensión de los testimonios artísticos de la época altomedieval asturiana, fue un destacado miembro de las restauraciones de las cruces de La Victoria y de los Ángeles», abunda el artículo.

Aquel 14 de abril de 1977 en la Universidad de Oviedo, Helmut Schlunk, agradecía emocionado su distinción antes de disertar amplio y tendido sobre 'Las iglesias palatinas de la capital del reino de asturiano'. «Esta ciudad cuna de la monarquía asturiana puede estar orgullosa de poseer varios monumentos y joyas de incalculable valor de esa época gloriosa en la que se inició la Reconquista del país», dijo entonces a un auditorio que aplaudió sus palabras.

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