El 'cisne' de la selección

Miguel Pérez Cuesta, Michu (Oviedo, 21 de marzo de 1986) recibió el domingo la llamada de la selección española. Culminaba así el delantero Swansea una carrera guiada por el corazón, calidad y confianza en sus posibilidades.

La trayectoria de Michu ha estado marcada por su pasión y sentimiento azul que le llevó a decir no a las categorías inferiores del Real Madrid para seguir jugando en el Real Oviedo. Más sonada fue su decisión, durante su etapa en el Celta, en Segunda, de jugar en Primera cuando el Sporting le quiso. El ovetense esgrimió sus sentimientos oviedistas para explicar los motivos por los que no había aceptado la propuesta. Las vueltas que la vida: la lesión de un símbolo del sportinguismo, David Villa, es la que le ha abierto las puertas de la selección a Michu.

En la época del 'falso nueve', el desgarbado ovetense es la perfecta definición de ese tipo de jugador, que sin ser ariete llega desde atrás para golear. Los 15 goles en Primera con el Rayo Vallecano de Sandoval y los 18 en la Premier con el Swansea de Laudrup son su aval.

En el campo mantiene ese aire de despistado con el que se pasea por Oviedo, casi siempre ataviado con una sudadera (con capucha). Michu pasea su 1,90 por el campo hasta que llega a la zona de definición, donde, con facilidad se trasmuta en un 'killer' que resuelve con un toque la mayoría de las veces. El resto ya es la conocida mano a la oreja con la que celebra cada tanto.

Para llegar ahí Michu ha tenido tras él una familia que vive el fútbol. Su padre, José Luis, ha dado varias vueltas a España siguiendo a su hijo. Ahora sigue viajando cada fin de semana para seguir las andaduras de su vástago en la Premier. Su hermano, Hernán, vive la pasión por el fútbol como segundo entrenador del Lealtad, equipo con el que Michu colabora y al que sigue siempre que puede.

Antes de llegar a los 'cisnes' de Gales -apodo con el que se conoce al Swansea-, el centrocampista jugó en las categorías inferiores del Real Oviedo, con 17 años debutó con el primer equipo del conjunto azul en el que estuvo cuatro temporadas hasta irse al filial del Celta. Eso no le alejó del equipo de sus amores al que sigue de cerca. El propio Diego Cervero, contó ayer cómo le había llamado el domingo por la noche para felicitarle por el gol y la victoria ante el Marino. Con el capitán azul le une una gran amistad, al igual que con otros compañeros de su época en el Oviedo, como Jon Carrera o Sergio Villanueva.

El paso por el Celta tuvo luces, pero más sombras, ya que pasó tiempo sin jugar. Tras descartar la oferta del Sporting y la oportunidad de jugar en Primera, acabó su contrato con el club vigués y firmó con el Rayo Vallecano, donde se dio a conocer para el fútbol patrio. Los 15 goles que marcó a las órdenes de Sandoval le abrieron las puertas del 'spanish Swansea' de Laudrup, donde acabó de deslumbrar por su facilidad para el gol.

Todo ello no le sirvió hasta ahora para abrirle las puertas de la selección, a la que finalmente ha llegado y en la que coincidirá con el exoviedista Mata. Falta Cazorla, que como Villa no estará por lesión. Con suerte serán el póquer asturiano de 'La Roja' en el Mundial de Brasil.