GUILLERMO F. BUERGO
Sábado, 28 de septiembre 2013, 06:23
Un vecino del concejo de Llanes se vio sorprendido en la tarde de ayer por el ataque de dos perros mastines cuando practicaba deporte en unas pistas forestales en la zona conocida como monte de Los Carriles, un enclave de pastos y aprovechamiento comunal de madera perteneciente a los pueblos de Los Carriles, Cardoso y Villahormes. El llanisco atacado por los perros, I. V. F., de 55 años y funcionario adscrito al servicio de urbanismo del Ayuntamiento de Llanes, fue atendido en un primer momento por ganaderos que se encontraban en la zona quienes dieron aviso al 112 y a la Guardia Civil de la localidad de Posada de Llanes.
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Al lugar del ataque se desplazó una ambulancia que derivó al herido hasta el Hospital de Arriondas y a últimas horas de la noche de ayer se valoraba un nuevo traslado hacia el Hospital Universitario Central de Asturias por si era necesaria una intervención de cirugía plástica. El llanisco presentaba heridas profundas por mordedura con desgarros en el brazo izquierdo y otras dentelladas más leves en la zona del cuello.
La Guardia Civil montó un dispositivo en la zona para tratar de localizar a los dos mastines y al dueño de los canes. La tarea resultó complicada ante lo avanzado de la hora y por tener que operar en la oscuridad y en parajes cruzados por un elevado número de pistas forestales, aunque todas ellas acaban conduciendo a las localidades de Los Carriles y Villahormes.
Los vecinos de Los Carriles que participaron en el operativo de búsqueda acompañando a la Guardia Civil comentaron que el ataque había sido efectuado «posiblemente, por uno solo de los dos mastines». Y según pudo saber este periódico ya bien entrada la noche, los agentes de la Guardia Civil habían localizado a los dos mastines y a su propietario. De hecho, los perros quedaron en custodia del dueño, quien habría confirmado a la Guardia Civil que estaban asegurados.
La noticia del ataque de los dos mastines a una persona que hacía deporte por la zona se propagó con celeridad y generó bastante inquietud porque todos los ganaderos que operan en esos parajes son propietarios de perros. Y cuando estuvieron en presencia del herido, antes de que llegara la ambulancia, el sobresalto iba en aumento porque «nadie conocía a aquella persona», según explicaron ayer varios pastores de Los Carriles. Ellos se encargaron de confirmar que el ataque se había producido en el enclave conocido como «la Vega de los Muertos», un lugar con una gran pradería, terreno de pasto, que acaba en un tupido bosque con pronunciada caída hacia el barrio de Huergu, un arrabal de la localidad de Cardoso.
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