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SANTY MENOR
Lunes, 15 de julio 2013, 11:11
Pablo Villar Ferreiro (Avilés, 1986) continúa quemando etapas para convertirse en lo que más desea: ser entrenador profesional de fútbol. Tras no conseguir superar la barrera de la Tercera División como guardameta, el avilesino supo pronto que su futuro estaba en los banquillos, y pese a que por títulos, podría ejercer desde preparador físico hasta director deportivo, su sitio parece estar dirigiendo plantillas. «Realmente no tengo ninguna preferencia, me he preparado para poder ocupar varios cargos porque según están las cosas uno no se puede cerrar puertas, pero sí es verdad que ahora mismo me hace mucha ilusión ser entrenador».
A sus 26 años, para Pablo fue toda una sorpresa recibir la llamada del Luarca. «No te lo esperas, porque no suele ser lo habitual. Ves todos los entrenadores que están ahora mismo parados en Asturias y lo ves casi imposible, pero la verdad es que me tomo el reto con tranquilidad, tengo muchas ganas y pase lo que pase será una experiencia positiva para mí», asegura el protagonista.
Junto con el director deportivo del equipo rojillo, José Luis, el avilesino está en plena confección de la plantilla de cara a la próxima temporada, algo que no es nuevo para él. «Ya cuando estaba en el fútbol base me tocaba fichar jugadores, y en Colombres, cuando entrené al Ribadedeva, tres cuartos de lo mismo. Entre él y yo estamos fichando bien y esperamos hacer un equipo competitivo, aunque no nos marcamos nada más allá de la permanencia».
No en vano, «el presupuesto para esta temporada es muy inferior a la anterior», en la que el Luarca se pudo permitir el lujo de contar con futbolistas de la talla de Nacho García, Pablo Díaz, Vilches o Paul. «Tenemos menos recursos, como la mayoría de equipos, pero estamos firmando a gente contrastada en la categoría como Labrado o Iván Miranda, y conseguimos una renovación muy importante, la de Pablo Torres. Al final en Tercera los equipos son muy parejos y tendremos muchas opciones de ganar partidos. Además, nos quedan cuatro o cinco fichajes más, que estamos a punto de cerrar».
Inquieto y ambicioso por naturaleza, Pablo Villar no ha parado de formarse desde que abandonó Asturias a la edad de juvenil de último año, para estudiar en A Coruña la carrera de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y enrolarse en las filas del Pontevedra de División de Honor. Desde entonces, además de licenciarse, obtuvo los carnés de entrenador nacional y entrenador de porteros, además del título de director deportivo y de formar parte de la Asamblea de entrenadores. «Soy de la opinión de que nunca hay que parar de formarse, de mejorar. Si te paras, estás perdido. La competitividad que hay en esta profesión es brutal, y siempre hay que ir evolucionando».
En constante evolución
En ese sentido, el avilesino se está preparando para poder dar clase a alumnos de secundaria. «Espero que mi vida me encamine hacia el fútbol, pero por si acaso hay que tener un abanico de opciones lo más amplio posible». Por el momento, además de entrenar al Luarca, colabora en el campus de fútbol de Corvera y es el creador de las batallas de porteros asturianos, que este verano, en Tabiella, cumplieron su segunda edición.
Y es que pese a su juventud, Pablo Villar lleva entrenando desde 2006. «Empecé a entrenar a equipos de fútbol base en el Avilés, después también entrené a los porteros, y luego en senior al Ribadedeva, al Huesca, como segundo de Fabri, y ahora al Luarca. Al final, si eres justo, la edad da igual. El futbolista te respeta si eres claro y justo con él. En Colombres coincidí con varios veteranos y jamás tuve un problema con ellos. Al contrario. Dejé muy buenos amigos en esa plantilla».
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