Los aparcamientos de pago en las playas asturianas se multiplican

En la playa de San Pedro de la Ribera hay varios praos situados cerca del arenal en los que varios jóvenes cobran un euro a cada coche por aparcar en ellos. Es el peaje que hay que afrontar por dejar el vehículo lo más cerca posible de la playa. El dinero es una tasa municipal que sirve como recaudación para el municipio, en este caso, el de Cudillero, pero en otros rincones turísticos del litoral como la playa de España, en Villaviciosa, un particular cobra hasta tres euros por facilitar estacionamiento a los usuarios de esa pequeña concha en la que encontrar un rincón para dejar el coche es un suplicio, sobre todo en agosto y, más aún, cualquier fin de semana de verano.

Es la tendencia, como ha sucedido en Gozón, donde el jueves entró en vigor la ordenanza que regula el estacionamiento en tres arenales del concejo. Una medida a la que, por cierto, le han salido detractores, sobre todo en lo relacionado con la aplicación de la 'zona azul' dentro del casco urbano. Es el caso de José Manuel Montero, presidente de la Asociación de Vecinos y Amigos de Luanco, quien ha denunciado hace tiempo ante la Procuradoría General del Principado y el Defensor del Pueblo la medida. «Contra toda lógica, según las pretensiones previstas respecto a movilidad, van a permitir a los foráneos aparcar en la zona azul durante 24 horas por tres euros», critica Montero, para quien la ordenanza es, en realidad, «una subida encubierta de impuestos, inasumible para multitud de familias por la pérdida de poder adquisitivo».

Más allá de la ordenanza de movilidad gozoniega, «un fraude electoral» para el presidente de los Vecinos y Amigos de Luanco, la realidad muestra que son numerosos los arenales en los que toca rascarse el bolsillo si uno llega a él en su automóvil. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Caravia cobra en sus dos playas, las de Espasa y el Arenal de Morís. El dinero recaudado se destina al mantenimiento y la conservación del litoral. Los precios, además, son superiores en comparación a San Pedro de la Ribera. Así, en las playas de Caravia, cualquier conductor tendrá que abonar tres euros por estacionar y cinco si se tratara de una caravana.

El negocio, abuso para unos, derecho para otros, se extiende por buena parte de la costa. Por ejemplo, en Rodiles, uno de los arenales de la costa central asturiana más visitados durante los meses de verano. Allí está previsto que se cobre por estacionar durante la temporada estival a partir del mes de agosto y hasta el día 15 de septiembre, que es cuando finaliza oficialmente la campaña. Serán varios los sistemas de pago que se adopten en Rodiles, de una 'zona azul' a 65 céntimos la hora hasta un tique diario de tres euros, pasando por dos abonos, uno mensual -25 euros- y otro para toda la temporada -40-. Eso sí, los residentes -aquellos que acrediten vivir en los terrenos colindantes a los aparcamientos- abonarán 10 euros por temporada. Al igual que en Caravia, el dinero ingresado servirá para mantener los servicios que se prestan en la playa.

También hay que pagar, si uno se queda sin estacionamiento en el aparcamiento público, en la playa de La Franca, en Ribadedeva, donde además existe una zona reservada para los vecinos, que deben pagar cinco euros para poder utilizarlo durante todo el verano. El aparcamiento privado, en este caso, está gestionado por un hotel cercano a la playa.

Iniciativa privada

Otros tres concejos en los que también hay que pagar son los de Ribadesella, Colunga y Llanes, aunque todos ellos de carácter privado. Por ejemplo, en Vega (Ribadesella), las tarifas para poder utilizar el prau que hace las veces de estacionamiento son de 2,50 euros para coches y cinco, para caravanas. Lo mismo sucede en Colunga, en los arenales de La Isla y La Griega; y Llanes, concejo al que acuden numerosos turistas en verano. Hay que pagar, entre otras, en Poo, Borizo, Barro y Toranda.