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Edificio de la calle de María Zambrano, en el barrio de La Calzada, en el que ayer fueron localizados los dos cadáveres. :: ÁLEX PIÑA
GIJÓN

Investigan la muerte de un matrimonio de octogenarios en un piso en La Calzada

El hombre se suicidó al lado del cadáver de su mujer, enferma crónica, y cuyo fallecimiento se espera pueda ser aclarado tras la autopsia

OLAYA SUÁREZ

Viernes, 21 de junio 2013, 16:34

La Policía investiga el fallecimiento de un matrimonio de octogenarios en un piso de la calle de María Zambrano, en el barrio de La Calzada. Los cadáveres fueron localizados a primera hora de la mañana de ayer por sus propios familiares, que accedieron al piso por una ventana al ver que no respondían a las insistentes llamadas a la puerta. El hombre se había quitado la vida y la mujer, que llevaba años muy enferma, yacía sobre la cama. La autopsia determinará si el fallecimiento de la anciana se debió a causas naturales o si bien fue víctima de un episodio violento.

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De confirmarse este último extremo, podría tratarse de un crimen por compasión, ya que el hombre llevaba años ocupándose del cuidado de su esposa y quienes los conocían aseguran que «estaba todo el día pendiente y prácticamente no se separaba de ella». Se da la circunstancias de que apenas llevaban dos semanas viviendo en Gijón, adonde se habían trasladado desde un pueblo de Lugo en el que habían residido toda la vida.

Fue su hija, que vive en el mismo edificio de la Algodonera, la que insistió a su padre para que se mudasen a Gijón y así poder tenerlos cerca para atenderlos. Les alquiló un piso, se lo acondicionó para que se instalasen en él y contrató a una mujer para que estuviesen bien atendidos, sobre todo a la anciana, que apenas se podía levantar de la cama y tenía una enfermedad neurodegenerativa. De hecho, su traslado desde Lugo se hizo en ambulancia y fue subida a casa en camilla.

Ayer por la mañana, como había sido habitual desde que se instalaron en su mismo inmueble, la hija bajó a casa de sus padres para ayudarles con el desayuno y el aseo. Comenzó a preocuparse cuando no contestaron al timbre ni a las incesantes llamadas. Fue otro familiar el que accedió al domicilio, ubicado en un primer piso, desde la ventana de un patio abierto.

Se encontró los cadáveres de los dos ancianos. La mujer en la cama, sin signos aparentes de violencia, y al hombre sentado junto a ella, con indicios de haberse quitado la vida. Hasta el lugar se trasladaron inmediatamente agentes del Cuerpo Nacional de Policía para recopilar pruebas e indicios que permitan esclarecer el trágico suceso. La noticia se difundió rápidamente por el barrio. Pese a que la versión de la mayoría de vecinos apuntaba a que el anciano había acabado con la vida de su mujer por no poder soportar por más tiempo la situación, la Policía no quiso aventurar ninguna hipótesis hasta que se tengan los resultados de la autopsia.

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Los agentes de la Brigada de la Policía Científica realizaron durante horas una minuciosa inspección de la vivienda y un reportaje fotográfico con el objetivo de presentarlo ante la jueza de guardia que se hará cargo del caso. El levantamiento de los cadáveres se produjo a última hora de la mañana, ante la expectación de los vecinos, conmocionados por lo ocurrido y principalmente por el estado anímico en el que se encuentra la hija de los dos fallecidos.

«Es un palo muy duro»

«Esto es un drama; sean los motivos por lo que sean, es un palo muy duro para la hija, que se desvivía por sus padres, se los había traído a Gijón y a las dos semanas ocurre esta desgracia y se queda huérfana de repente», comentaba una vecina, aún sin acabar de creerse lo ocurrido.

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Los médicos forenses realizarán en el tanatorio de Cabueñes la autopsia a los dos cadáveres. En el caso del anciano, la Policía parece tener claro que se quitó la vida de forma voluntaria. En el caso de la mujer, aunque no existían signos aparentes de violencia, los análisis y estudios forenses aclararán si su muerte se produjo por causas naturales o si bien se trató de un episodio de los conocidos como eutanásicos. El cambio de residencia del matrimonio de octogenarios pudo haber influido en el estado de ánimo del hombre, que desde hacía años vivía pegado a su esposa, atendiéndola y cuidándola en todo momento desde que había enfermado.

En más de una ocasión, según los vecinos, le había dicho a su hija que no quería ser una carga para sus familiares. Todo apunta a que una vez que los médicos forenses finalicen las autopsias, los restos mortales serán conducidos al pueblo lucense del que eran originarios.

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