Una familia regala su finca para librarse de pagar la urbanización del polígono de Rovés

Los propietarios de una de las fincas en la que está previsto desarrollar el polígono de Silvota-Rovés comunicarán hoy al Ayuntamiento su disposición a cederle su titularidad como moneda de pago de los 73.000 euros que se les exige para afrontar los gastos de urbanización. A cambio de semejante desembolso, tendrían derecho a recibir un parcela industrial de unos 600 metros cuadrados, menos de la mitad de su actual propiedad.

«No estamos dispuestos a pagar ese dinero a cambio de una futurible parcela industrial en un polígono del que se lleva hablando doce años sin que se sepa siquiera cuándo se va a desarrollar», manifestó Carmen Macías, ex concejala del PP y cotitular de la finca. «Lo peor -continúa- es que encima no sabemos si aún dándoles nuestra finca -expedita- sin recibir nada a cambio todavía tendríamos que poner dinero encima», añade Macías, que critica la «desinformación y la indefensión» a la que se ven sometidos los titulares de bienes situados en el ámbito de la actuación.

Las trece familias que residen en la zona también han expresado su malestar con el Ayuntamiento. Tal y como ya les ha comunicado el concejal de Urbanismo, Enrique Bueno, la construcción del polígono, cuyo inicio aún no tienen fecha, les obligaría a abandonar sus viviendas, que serían demolidas, y a renunciar a los derechos de explotación de las fincas, que se convertirían en suelo industrial.

Como indemnización por sus viviendas, la Sociedad Mixta de Gestión del Suelo de Corvera (Sogetesa), participada en un 51% por el Ayuntamiento, les ha ofrecido un total de dos millones de euros. La más alta asciende a 168.405 euros, cantidad que recibirían ocho de los trece propietarios, cuyas viviendas oscilan entre los 110 y los 375 metros útiles construidos. En el otro extremo, un familia de Rovés que reside en una vivienda de 70 metros cuadrados recibiría 120.240 euros.

Tales cantidades no incluyen el valor de los terrenos, dado que los propietarios mantendrían la titularidad. Eso sí, tendrían que escoger entre venderlos, al precio que los posibles interesados estuviesen dispuestos a pagar, o entrar a formar parte de la junta de compensación del polígono, es decir, convertirse en propietarios de una parcela de suelo industrial, afrontando previamente los gastos de urbanización.

Carmen Macías ha optado por una tercera vía: regalar su finca y confiar en que sea suficiente para satisfacer su parte del coste de urbanización.