F. J. ÁLVAREZ
Lunes, 25 de febrero 2013, 02:40
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El Caudal demostró su poderío a domicilio con su octava victoria de la temporada, en esta ocasión en Miramar (1-4). El conjunto mierense fue un equipo compacto y solidario en todas sus líneas. Su poderío físico le hizo ganar muchas disputas en un campo embarrado.
Fue el Marino el que creó las primeras ocasiones con un disparo de Álex Arias rozando el larguero y un remate de Castaño que desvió Pantiga. Pero el Caudal fue muy eficaz al marcar en sus dos primeras llegadas al área local. Nacho Calvillo disparó con potencia tras un desborde por la banda y el rechace del meta Dos Santos lo controló y remató a la red Borja Navarro. Y en el 19, llegó el segundo. Con Espolita atendido en la banda por una lesión, un gran disparo de Nacho Fernández golpeó en el poste y se fue a la red. Espolita se retiró lesionado en un tobillo y Quirós dio entrada a Queipo, que reaparecía tras una grave lesión.
El que no estuvo a la altura de un partido de poder a poder fue el árbitro. Costas Soto fue protagonista con un sinfín de tarjetas, algunas incomprensibles. Sacó diez amarillas a los locales y tres a los visitantes. El encuentro fue muy disputado, aunque en ningún caso antideportivo por parte de los jugadores. En el tramo final de la primera parte, el equipo luanquín tuvo tres claras ocasiones para recortar diferencias en el marcador.
Segura estuvo providencial al desviar un remate de cabeza de José Ángel y otro de Saavedra de forma consecutiva. Y en el añadido Guaya colgó una falta que remató Juanma de cabeza desviando el portero mierense con una gran estirada. Tras el descanso los locales pidieron penalti por una caída de Diego en el área y un disparo de Guaya se estrelló en la red en el 54. El Caudal buscó sentenciar, pero Dos Santos estuvo certero al desviar un disparo de Prosi y detener tras un mano a mano con Javi Sánchez. El encuentro no tenía tregua y un remate de Chus Hevia en el área pequeña lo salvo la defensa.
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Respondió Prosi con una falta por encima de la barrera que rozó el poste. En el 67 el Marino se quedó con diez al ver Juanma la segunda amarilla por una disputa aérea con Ríchard. En el 83 un zurdazo de Pevida lo paró Dos Santos sobre la base del poste izquierdo.
La puntilla para los locales
Y en el tramo final llegó la puntilla para el Marino. Rojas le ganó la partida a un central tras un envió en largo de Gonzalo y de disparo raso estableció el 1-3. Y en el tiempo añadido, el colegiado señaló un gol fantasma. Un centro al área lo despejó en globo Castaño, Dos Santos no logró despejar de puños, el balón golpeó en la espalda de Nacho López y dio la impresión de que no llegó a traspasar la línea de gol cuando lo despejó José Ángel. En las imágenes televisivas se observa que el balón no llegó a entrar.
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Fue, en definitiva, un partido de poder a poder, con un Caudal sólido, batallador y muy eficaz en sus llegadas. El Marino estuvo flojo en defensa y fue recibiendo mazazos: dos goles consecutivos, la lesión de Espolita, la expulsión de Juanma y un colegiado con un particular rasero para mostrar cartulinas.
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