La muerte de Álex Álvarez conmociona al Santa Olaya

«Nunca olvidaremos sus impresionantes ojos y las ganas que tenía de vivir». Los amigos y familiares de Alejandro Álvarez Calzón, el joven de 18 años fallecido la noche del jueves al colisionar el coche que conducía con un poste en la parroquia de Fontaciera, se mostraron ayer consternados por el fatal desenlace de este vecino de La Calzada, estrechamente ligado al Club Natación Santa Olaya. Hasta hace unos cuatro años formaba parte del equipo de natación y hasta su inesperada muerte acudía prácticamente a diario a entrenar a las instalaciones de El Natahoyo. «Era un chaval muy deportista y al que vimos crecer, esto ha sido un palo muy fuerte», comentaban ayer en el club.

Sus padres (Jaime y Cristina), su hermano pequeño, Sergio, sus allegados y sus compañeros del centro de enseñanza secundaria San Eutiquio, donde estudiaba un módulo de Formación Profesional, lloraron durante todo el día de ayer la terrible pérdida en el tanatorio de Cabueñes, que acogerá a la una de la tarde de hoy un acto de despedida. «Álex era muy sociable, lo quería mucho la gente, prueba de ello es que tenía muchos amigos a los que les va a costar superar esto», decían ayer quienes habían sido sus compañeros de pupitre.

Una de las últimas personas en verle fue su novia, Lara, con la que la tarde antes del accidente había ido a jugar a los bolos, una de sus mayores aficiones, a la que se sumaba su pasión por el Sporting. Fue tras dejarla en casa cuando el vehículo que conducía, un Ford Mondeo, matrícula 9480DCZ, colisionó contra el guardaraíles de la carretera y posteriormente contra un árbol y contra un poste de hormigón de alumbrado público.

Salida de la vía

El siniestro tuvo lugar sobre las diez y media de la noche del jueves en el punto kilométrico 0,600 de la carretera local que comunica Pinzales con Aguda, en sentido a Pinzales. El coche se salió de la vía por el margen izquierdo y el impacto fue tan brutal que el joven falleció en el acto. Según las pruebas que baraja la Guardia Civil, el accidente pudo estar causado «por una posible distracción por parte del conductor».

Nada pudieron hacer por su vida los técnicos del SAMU que acudieron con una UVI móvil al lugar del accidente. El cuerpo tuvo que ser excarcelado por los bomberos de Gijón. Del atestado se ocuparon los efectivos de la Guardia Civil de la comandancia de Gijón, quienes remitieron las diligencias al juzgado de Instrucción número 3.

La terrible noticia de la muerte fue dada a conocer a sus padres por agentes del Cuerpo Nacional de Policía en su domicilio de la calle de Domingo Juliana, del barrio de La Calzada. Los restos mortales de Alejandro fueron trasladados al tanatorio de Cabueñes, donde ayer fueron velados por sus familiares.

Decenas de personas se personaron en la sala cinco para arropar a sus desconsolados allegados. «Por mucho que se diga, nada puede animar a unos padres y a un hermano a los que en este momento se les ha ido parte de su vida», acertaba a decir una vecina de los abuelos del joven.