GONZALO DÍAZ RUBÍN
Domingo, 25 de noviembre 2012, 09:31
Publicidad
Sobre el papel, en las dos últimas décadas, la ciudad se ha comido más de cuatro millones de metros cuadrados de la zona rural. Pero solo sobre el papel. La última revisión del Plan General, de 2006, incluía otro mordisco de 1,5 millones de metros cuadrados en su mayor parte, pero no solo, para vivienda protegida. Castillos en el aire. En el primer semestre del año, el consumo de hormigón cayó un 35% respecto al mismo periodo de 2011, hasta cifras desconocidas, por bajas, desde hace 35 años. Oviedo no es la excepción. Desde 2009, el Ayuntamiento no ha vuelto a aprobar un proyecto de urbanización. Después del día que las excavadoras se retiraron de Las Campas-Paniceres, solo Dursa en La Lloral transforma suelo rural en urbano y sin un horizonte claro. De las más de 10.000 viviendas del plan de pisos protegidos pactado entre la patronal de la construcción y el anterior alcalde hace ocho años, tan solo se han terminado 80. Hacia marzo, Verde Oviedo (Urvisa) añadirá otros 63 en La Cruz Santa. Aunque hay licencias pedidas para otros 1.200, ninguna de las constructoras ha iniciado nuevos edificios. Ni lo hará a corto plazo.«No veo afectado para nada el sector de la construcción. Específicamente, sigue funcionando igual, con una ligera desaceleración que permite ajustarse a una realidad que lógicamente va a exigir una demanda ligeramente inferior». Lo dijo Pedro Solbes, el ministro de Economía que luego se daría a la fuga, en 2007. El mismo año, en el Pleno, el concejal comunista Celso Miranda reclamaba la construcción de una acera en La Lloral y reprochaba a Gabino de Lorenzo su desconocimiento de la zona. El entonces regidor confesó conocer esta parroquia de San Claudio de antiguo, porque «iba a cortejar una moza». «Iría por el arcén o es que de aquella había carros y no coches», insistió Miranda. De Lorenzo, entre risas, replicó que «iba por lo segau, por donde ella me dejaba». Ese mismo año se inició la construcción de una «acera provisional» que lleva camino de convertirse en definitiva.
El equipo de gobierno justificó el parche en el inminente desarrollo de los planes de vivienda de San Claudio, que transformarían la zona. Buena parte del proyecto rodeaba la parroquia: La Lloral (1.800 pisos), San Claudio-La Cruz Santa (279), San Claudio-El Payán (416), San Claudio-Los Valles (560), San Claudio-El Pontón (727), San Claudio-Este (263), San Claudio-Centro (65), el Plan Parcial del Ámbito Urbanizable San Claudio-Los Valles (560) y San Claudio-Norte (666).
Cinco años después, las obras en San Claudio-Este, el más rápido en completar los trámites, siguen sin arrancar y su promotora, el grupo El Caleyo, está en suspensión de pagos. De las promociones que iniciaron la comercialización de sus pisos, Cruz Santa, La Lloral, El Payán, Los Valles o Este, solo sobreviven las dos primeras. El Payán amenazó con convertirse en una quiebra en toda regla y dejar atrapados a dos docenas de compradores. Los Valles frenó en seco.
La crisis. Siempre la crisis. Dijo De Lorenzo, a cuenta de los problemas de Jovellanos XXI, que «Oviedo no era una isla». Como una isla se alza el único bloque de La Lloral. Al otro lado de la calle, aún sin nombre, pastan una docena de vacas y cuatro caballos, junto al solar del que debería ser el segundo bloque de una promoción de casi 1.800 viviendas. Dursa ha parado la construcción, pese a que tiene licencias para otras 270 viviendas.
Publicidad
'Inizia, residencial sostenible', nombre comercial del plan por su apuesta por la eficiencia energética, preveía dotar el área de piscinas, guardería, zona comercial, gimnasio, pistas de pádel y otras instalaciones deportivas. Al primero bloque se le ha 'apañado' una pequeña piscina en el jardín y un gimnasio en los bajos para que a los nuevos vecinos no se les haga larga la espera. «No es lo que se ve en la infografía, ni en la maqueta, pero somos de aquí y todo llegará», dice con paciencia una de las primeras vecinas, que prefiere que su nombre no quede reflejado.
Satisfecha con lo que ha comprado, en especial «con las calidades», lo que peor lleva es el cruce con la carretera de El Escamplero: «La salida es muy mala», lamenta. El cruce es enrevesado, pero es que la salida prevista -una gran glorieta- tenía que desarrollarse a medias con San Claudio-Este y de este no hay noticias. Unos metros más allá, frente al colegio, Verde Oviedo construye 63 pisos que prevé entregar en marzo. El acceso, ahora cerrado por la valla de obra, es una glorieta partida. También era compartida, en este caso con El Payán, abandonado por Promociones Esfinge. Los edificios se alinean en paralelo a la carretera. El resto de la actuación siguen siendo prados.
Publicidad
Solo La Lloral
A medida que la 'desaceleración' se convirtió en la peor crisis económica del último medio siglo, el Ayuntamiento trató de dar facilidades a los promotores. La primera medida fue permitir la división de los trabajos de urbanización en fases y, sobre todo, facilitar a las empresas avalar también en función de estas y no por el global de la obra. La segunda, eliminar la caducidad de las licencias de obra.
Con todo, en los últimos tres años se ha concluido la urbanización, con una década de retraso, del plan parcial Las Campas-Paniceres y del plan de Armando Collar, y solo en parte. Las máquinas solo trabajan estos días en La Lloral, donde Dursa mantiene su intención de completar la urbanización pese al escaso tirón del mercado.
Publicidad
Del parón dan fe también los presupuestos de las administraciones. El crecimiento previsto de San Claudio hacía insuficientes casi todas las infraestructuras. En paralelo, estaba previsto desdoblar la vía de Feve y habilitar apeaderos de metrotrén, una salida hacia la autopista, un nuevo vial con Oviedo y la mejora del abastecimiento. El Ayuntamiento, con fondos estatales, inició la mejora de la traída de aguas. Faltaba construir un nuevo depósito, que ahora ya no es tan urgente y ha desaparecido del capítulo de inversiones.
El vial, que debían financiar los promotores privados, no es más que un dibujo. Adif inició las expropiaciones para el metrotrén y preparo los apeaderos; pero la obra principal no tiene fechas ni presupuesto. Tampoco la tiene el desarrollo de La Malata Norte, impulsada por Construcciones Campelo y Artur Promotora Urbana. Ambas son socias también en La Malata Sur, junto a La Corredoria y la experiencia aconseja prudencia. Iniciaron 93 viviendas en dos bloques, del que solo han concluido el primero, del que hay vendidas algo más de la mitad. Entre las dos actuaciones sumaban más de 1.560 pisos protegidos, que tendrán que esperar.
Publicidad
Fracaso en el Este
Los problemas ni se ciñen a la vivienda protegida, ni a las zonas norte u oeste. Fercavia dio un pasó al frente para desbloquear el plan especial de La Tenderina en 2006. Inició los derribos y las expropiaciones y prometió un primer edificio para los realojos. «Está parado, no es el momento», explican desde la empresa. Como Mercadín, que el Ayuntamiento puso en manos de Sogepsa y que la sociedad mixta estudia, pero no avanza.
Entre Cerdeño y Colloto, el Consistorio dibujó dos planes de vivienda con 2.400 pisos protegidos. Terrenos con fuertes pendientes que requerían construir una traída de agua de casi 12 kilómetros, el soterramiento de líneas de alta tensión y preservar fortificaciones de la Guerra Civil. Todos, condicionantes negativos, a los que se unió la desidia en la tramitación por parte de la Administración local. La aprobación definitiva del proyecto de compensación de Ciudad Jardín, siendo dueños del cien por cien de los terrenos, tardó más de ocho meses. Ahora, da igual.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.