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AMA MORIYÓN
Miércoles, 31 de octubre 2012, 02:52
La revisión técnica que comenzaba el pasado 16 de octubre en el funicular que da servicio a la pequeña aldea cabraliega de Bulnes empieza a ser más que evidente al paso por la localidad de Poncebos, donde se encuentra la base del tren y donde se están centrando en este momento todos los trabajos. Cuatro técnicos de la empresa vizcaína Teleféricos y Nieve -filial en España de la empresa fabricante, Leitner, con sede en Austria-, y dos de los once operarios del propio funicular, trabajan estos días sin descanso para desmontar cada una de las piezas de esta infraestructura, que serán enviadas tanto a Vizcaya como a Austria para su revisión y puesta a punto, la primera desde que entrara en funcionamiento el funicular hace ya once años.
Ayer ya se podía ver el vagón de carga completamente desmontado y expuesto en el exterior del túnel del funicular. Mientras, los operarios iniciaban las tareas para retirar las ruedas, ejes y frenos del primero de los vagones de pasajeros. Una vez que estas piezas estén correctamente revisadas se volverán a colocar y sólo entonces se podrá activar el funicular para que este coche de pasajeros suba por los raíles hacia Bulnes, permitiendo que baje hasta Poncebos el segundo vagón, por la tracción que ambos ejercen a través del cable al que están sujetos. Será entonces cuando se inicie el desmontaje de esta segunda pieza.
Se espera que esta operación comience dentro de «quince días» para poder cumplir así los plazos iniciales anunciados por la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras para el desarrollo de esta revisión técnica, que obliga a dejar fuera de servicio el funicular durante un mes y medio. Se espera que los trabajos estén terminados el 29 de noviembre y se pueda poner en funcionamiento esta infraestructura los primeros días del mes de diciembre, como muy tarde.
Canal del Texu
Durante todo este tiempo, los vecinos, los trabajadores de los diferentes equipamientos turísticos y visitantes de esta pequeña localidad, enclavada en el corazón de los Picos de Europa, sólo pueden acceder a ella mediante la Canal del Texu, una estrecha y empinada senda de cuatro kilómetros y 500 metros de desnivel, y único acceso al pueblo hasta la construcción del funicular en 2001.
Tanto los empresarios y los vecinos, como el propio Ayuntamiento de Cabrales, se mostraron muy comprensivos con la medida, ya que entienden que se debe a motivos de seguridad e, incluso, han aplaudido que se haya escogido esta fecha para el cierre ya que muchas de las empresas instaladas en esta localidad -cuatro bares, un alojamiento rural y un albergue- cierran en esta época del año. En la aldea viven en la actualidad unas quince personas, aunque acceden a diario varios vecinos más que trabajan en alguno de los equipamientos.
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