Un largo salto de setenta años

'Madroño' y el comandante Bulnes. Dos nombres que han quedado prácticamente olvidados y que abrieron la historia del que se acabaría convirtiendo en el Concurso de Saltos Internacional de Gijón, que cumple este año -con récord de participación con más de 200 caballos- sus primeras siete décadas de andadura. El comandante Bulnes, sobre 'Madroño', poco podía imaginar que ese concurso que nacía en 1942, de la mano de Senén García Valdés como promotor y en una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento, que presidía Paulino Vigón, con la estrecha colaboración del Ejército de Tierra de España se convertiría en una de las más multitudinarias citas del verano gijonés. Fernando Arroyo, director de la Escuela de Aplicación de Caballería, fue nombrado presidente del jurado en esta primera edición, que venía gestándose desde el año anterior.

El citado binomio se hacía con el Premio Gijón en su primera edición, que se disputó los días 20, 22 y 24 de agosto de 1942. Algo más de veinte jinetes, con cerca de cincuenta caballos, se inscribieron en el concurso, que generó una gran expectación desde el primer momento. De hecho, unas 2.000 personas acudieron como público a la jornada inaugural.

En estos primeros años, podían participar los jefes y oficiales del Ejército español, así como los jinetes civiles que fueran autorizados por el presidente de la Sociedad Hípica.

Siempre con apuestas

No faltaron tampoco, en el año en que este concurso empezó a andar, las apuestas, una de las características que define al actual CSIO gijonés. Al principio, sólo se apostaba al ganador de la prueba. Hubo que esperar a 1957 para que las taquillas de Las Mestas dieran vía libre a la triple apuesta. En aquella ocasión, nadie acertó con los ganadores.

No sería hasta 1968 cuando se introdujo la apuesta gemela y en 1974 llegó a Las Mestas la triple gemela, la favorita de quienes hoy en día asisten al Concurso de Saltos Internacional Oficial (CSIO) en Gijón. EL COMERCIO, que desde el primer instante dio cumplida información sobre todo lo que acontecía en el concurso de saltos, informaba el 23 de agosto de 1942 de que las apuestas de cinco pesetas se habían pagado a 67,50 mientras que las de dos, a 68,80. Un año antes, contaban las crónicas que por fin el concurso de saltos empezaba a dar dinero a las arcas municipales. En concreto, se hablaba en 1867 de cinco millones de pesetas recaudadas a través de las apuestas.

30.000 pesetas se repartieron en premios a los jinetes en aquella ocasión, en 1968. A día de hoy, la cifra se acerca a los 400.000 euros y la participación se sitúa en torno a los setenta jinetes, con más 170 caballos. Ahora, acuden participantes de prácticamente todo el mundo.

No ha sido fácil el recorrido realizado para convertir aquel concurso nacido en el albor de la década de los años 40 en el campeonato que hoy es. Muchos fueron los cambios y también hubo momentos difíciles.

Uno de ellos, en el verano de 1964, cuando en pleno concurso, la vieja grada de madera se fue abajo. Veintisiete personas resultaron heridas.

Dos años después, se estrenaron unas nuevas gradas, ya de hormigón, y que perduraron hasta 2005, cuando se produjo una absoluta renovación de las instalaciones que forman el complejo deportivo de Las Mestas.

La tribuna de general, sus escalones y las taquillas de apuestas desaparecieron para dar paso a un diseño de un arquitecto, Alejandro González Vigil de la Villa, que tenía 27 años. Antes, en 1993 se había creado las nuevas instalaciones para el jurado. Y en 2003, se remozaron las cuadras.

Internacionalidad

Veinte años después de su nacimiento, el concurso de saltos gijonés alcanzaba la internacionalidad. El capitán Morugán, con 'Objetivo', era quien se llevaba el Gran Premio de Gijón, la prueba más importante del concurso, ese año, 1962.

Y cinco lustros después, el certamen deportivo dio otro salto de calidad determinante para su actual formato. En 1987, la Federación Española de Hípica concedió a Gijón la organización de la Copa de Naciones, con victoria final del equipo de Gran Bretaña. Fue entonces cuando el concurso se convirtió en CSIO, Concurso de Saltos Internacional Oficial, ganando la 'o' para su nominación. Hubo que esperar hasta 1995 para que la Copa de Naciones se asentara definitivamente en Gijón. Desde ese año, este trofeo por equipos no ha faltado a su cita con Las Mestas, salvo en 2007, cuando la ciudad le cedió la organización a Madrid como una parte más de la promoción de su candidatura olímpica, entonces a los Juegos de 2016.

La Copa de Naciones, después, regresó a Gijón y vivió su edición más importante en 1999, cuando fue la prueba final de la primera división de los concursos de saltos. Francia fue la escuadra ganadora en aquella ocasión.

También hay que recordar en la evolución del Hípico el año 1993, cuando Las Mestas acogió el Campeonato de Europa. Catorce países compitieron en Gijón, desde el 28 de julio al 2 de agosto, con 81 jinetes, entre los que estaba el asturiano Alberto Honrubia. Fue la primera ocasión en la que España se convertía en la sede de esta competición. La segunda se hizo esperar. Hasta 2011, cuando Madrid tomó el relevó de Gijón, donde el oro se lo llevó el suizo Willi Melliger, con 'Quinta C'. La plata y el bronce recayeron en dos habituales de Las Mestas, el francés Michel Robert, con 'Miss S. P.', y el británico Michael Whitaker, con 'Midnight Madness'.

Ahora, el CSIO reúne en cada edición a una media de 10.000 asistentes por día. Y el concurso se ha convertido en uno de los favoritos de los jinetes, que agradecen la calidez de la afición asturiana, que muestra una pasión muy alejada de la frialdad de otros certámenes.

Y las apuestas no han perdido fuelle. Todo lo contrario. Son la gran seña de identidad de una competición que afronta el presente con una nueva edición en la que el concurso ha seguido con la categoría de cinco estrellas y acogió la Copa de Naciones -ayer, con triunfo francés- durante los seis días en los que Las Mestas se transforma en un recinto hípico en uno de los tres concursos de todo el mundo que con más jornadas de competición cuenta.