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RAFA BALBUENA redaccion.av@lavozdeaviles.es
Sábado, 12 de mayo 2012, 05:42
La Noche Blanca, propuesta que busca conjugar distintos espacios a través de todas las alternativas artísticas, dio comienzo ayer a su cuarta edición en la ciudad. Una cita que tuvo como escenario varias plazas y rincones del casco urbano durante la tarde y que se extendió por la noche a las galerías de arte y a diversos locales hosteleros .
Así, a las 19 horas, la plaza de Santiago López acogió las primeras actividades, centradas en las artes plásticas y las 'performances' creativas. Ejemplo de ello fue el pintor y dibujante Marc Pérez Oliván, que con un caballete y al aire libre emprendió «un paisaje entre surrealista y figurativo con el fuego como elemento común, porque eso es lo que une todos los elementos de esta Noche Blanca». Junto a él, Cristina Cuesta y Elisa Torreira protagonizaron sendas acciones de collage con materiales rescatados de la playa y pinturas sintéticas «dejándonos llevar por la improvisación, con la idea del fuego rondando», aseguraron ambas artistas.
Dentro del edificio de la Pescadería, el escultor Tadanori Yamaguchi presentó una instalación a base de cobre y fuego donde tres árboles hechos en ese metal escupían llamas. «Estoy muy satisfecho de cómo ha quedado en los ensayos y me encanta que la presentación sea dentro de este edificio», explicó el japonés radicado en Pravia, rodeado de las fotografías de Manuel Carranza, en las cuales el propio Tadanori está retratado en plena acción.
Todo ello tuvo lugar ante la presencia de público y de las autoridades municipales, a la espera de que en el mismo entorno de la plaza celebrase por la noche las otras dos propuestas programadas. Como la actuación de Ana Francisco, Antonio Rodríguez y Tamara Norniella, titulada 'Resistencia' y que el propio Rodríguez definió como «una conjunto de acciones dispersas donde el fuego, la ciudad, la coyuntura de crisis y el agua en forma de hielo sirven para denunciar la situación actual» Con fuerte carga dadaísta y social, esta 'performance' fue el preludio al espectáculo de luz y vídeo de César Naves, que los chicos del taller Comunika se encargaron de proyectar y ejecutar, ya al filo de las 11 de la noche.
Antes, la Oficina de Juventud, en Fernando Morán, acogió su 'Fiesta del trueque', amenizada con música electrónica. La plaza de Camposagrado fue escenario de otras dos propuestas, una de ellas protagonizada por público infantil haciendo collages sobre tres creaciones de Charo Cimas, Diana Coanda y Fernanda Álvarez. Un pequeño horno cerámico de Wali Hawes puso de nuevo el fuego en solfa, y a partir de las 20 horas las galerías Vorágine, Amaga, Octógono y Habitación Blanca brindaron sus respectivas muestras de fotografía, pintura y recitales poéticos.
Como colofón, ya entrada la noche, la música se dejó sentir en varios de estos locales y también en bares: Palaes de Ron en el Barbershop de La Ferrería, Bloody Mary en Le Garage del Carbayedo y una jam session de jazz en El Cafetón.
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