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JESÚS GONZÁLEZ jaizpurua@lavozdeaviles.es
Viernes, 11 de mayo 2012, 03:02
Pastillas de anticoagulante, utilizadas habitualmente como raticida, fueron halladas mezcladas con carne y salchichas en la zona ajardinada de la pista de La Exposición, en Las Meanas, después de que fueran ingeridas por al menos un perro. «Había otros dos animales, pero no soy capaz de localizar a los propietarios», lamentaba ayer Pablo Mesa Iglesias después de que su perro 'Hutch' fuera sometido a tratamiento con carbono activo, vomitivos y laxante para tratar de expulsar cualquier resto de veneno de su cuerpo.
Mesa Iglesias, que ayer se disponía a denunciar el caso ante la Policía Nacional, fue quien localizó en torno a la una y media del mediodía de ayer los cebos envenenados dispuestos en una zona del parque de Las Meanas muy frecuentada por personas acompañadas de sus mascotas: entre la zona de canchas de baloncesto y el estadio Román Suárez Puerta.
El hecho de que el veneno fuera localizado en esa zona es especialmente alarmante para la veterinaria Carolina Valdés, de la clínica La Villa en la que fue atendido 'Hutch' tras el envenenamiento. «Se trata de un anticoagulante oral que, el mismo efecto que tiene en las ratas o en un perro, lo puede tener en una persona», alertaba ayer la veterinaria. «Por tal motivo, creemos que es especialmente grave lo que ha hecho quien haya dejado ese cebo allí», añadió Valdés.
En principio, el tratamiento al que fue sometido 'Hutch' de urgencia hace prever que todo quede en un susto, aunque el modo en que funciona este tipo de venenos hace que el animal pueda aparentar normalidad durante dos o tres días hasta que el anticoagulante logra su efecto: el animal muere entre convulsiones con los pulmones encharcados en sangre.
Preocupación
Esa aparente normalidad en la que vive el animal que ha ingerido el raticida, es la que preocupa a Mesa Iglesias, miembro del colectivo Kulturkan de protección de los animales. Junto con su perro se encontraban en la zona ajardinada en que se halló el veneno otros dos canes, de menor tamaño, y que también podrían haber ingerido la carne envenenada. «Son dos animales habituales de la zona, y hemos tratado de localizar a los dueños, pero no lo hemos logrado aún», indicó el propietario de 'Hutch'.
Ante el hallazgo de los cebos de carne envenenada, Mesa Iglesias decidió alertar a la Policía Local para que a su vez alertaran a los servicios municipales de limpieza con el fin de que se extreme la atención para la retirada de posibles cebos similares, al margen de las acciones que se puedan emprender por la Policía Nacional.
De hecho, no es la primera vez que en el casco urbano de la ciudad se encuentran sustancias envenenadas con el objetivo aparente de matar animales de compañía. El último caso conocido fue el pasado mes de julio en un solar de El Quirinal. Entonces, el Servicio de Protección de la Naturales (Seprona) de la Guardia Civil, verificó el hallazgo de veneno desperdigado en dicha finca, en la que se hallaron seis gatos y varias aves muertos a consecuencia, en principio, de la ingesta de dicha sustancia tóxica.
Entonces, agentes de la Policía Local procedieron a acordonar el solar, ubicado en la confluencia de las calle de Marqués de Pinar del Río y Suárez Inclán, en previsión de que algún viandante pudiera acceder al lugar y verse afectado por error por envenenamiento.
Intencionado
Y esa es, precisamente, la preocupación expresada por la veterinaria Carolina Valdés, quien sostiene que, hasta ahora, en su consulta sólo había tratado animales envenenados presumiblemente por accidente, pero no de forma intencionada con cebos debidamente preparados como los hallados ayer en la pista de La Exposición, en la zona de Las Meanas. En este caso, entre los trozos de carne y salchichas, eran visibles las pastillas de anticoagulante que se emplean de forma habitual como veneno raticida, según explicó la responsable de la clínica La Villa.
Para el autor del hallazgo, Pablo Mesa Iglesias, la situación por la que ha pasado su perro supone el último episodio de una serie de sucesos que «están convirtiendo a Avilés en una ciudad agresiva para las mascotas».
A su entender, la detección periódica de casos de envenenamiento se viene a sumar a los casos de maltrato animal que se vienen conociendo, así como a la escasez de medios existentes en la ciudad para el correcto cumplimiento de la normativa vigente en relación a animales de compañía.
«Recurrimos a la Policía Local, pero es que tampoco tiene medios para estas cosas», indica el propietario de 'Hutch', quien señala carencias como el albergue o la de un servicio de recogida de recogida de animales abandonados, a la que estaría obligada la ciudad por su volumen de población.
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