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Rafael Moneo, ayer, en su estudio madrileño. :: EFE /CHEMA MOYA
«Mi arquitectura no quiere ser imperiosa sino útil»
Cultura

«Mi arquitectura no quiere ser imperiosa sino útil»

Rafael Moneo Premio Príncipe de las Artes 2012 por su obra «serena y pulcra»«El premio ha coincidido fortuita y maravillosamente con mi 75 cumpleaños. Ya creía que se habían olvidado de mí»

PACHÉ MERAYO

Jueves, 10 de mayo 2012, 11:59

«Español de dimensión universal, cuya obra enriquece los espacios urbanos con una arquitectura serena y pulcra. Maestro reconocido en el ámbito académico y profesional, Moneo deja una huella propia en cada una de sus creaciones, al tiempo que conjuga estética con funcionalidad, especialmente en los interiores diáfanos que sirven de marco impecable a las grandes obras de la cultura y del espíritu». Así argumenta el jurado del Premio Príncipe de Asturias su decisión. Una decisión que suma el quinto arquitecto al palmarés de las artes y recupera el acento nacional, que no se escuchaba en este galardón desde que en 2006 fuera premiado Pedro Almodóvar. Rafael Moneo (Navarra, 1937), el único español con el Nobel de la arquitectura, el Pritzker (1996), hacía mucho tiempo que había perdido la esperanza de entrar en la nómina de los Príncipes de las Artes. Así lo confesaba ayer, durante una jornada en la que no se despegó del teléfono, ni de los focos. «Estoy agotado, pero que menos puedo hacer para agradecer lo que me está pasando», decía en su estudio.

- Tantas veces candidato y favorito. Ya le tocaba, ¿no?

-Le aseguro que ya daba por hecho que nunca llegaría. Tal es así que cuando me ha llamado el presidente del jurado he creído que quería consultarme privadamente algún dato de alguno de los candidatos. Mi sorpresa fue mayúscula cuando me dice, «que no, que no, que te llamo para decirte que tú eres el premiado». Vaya regalo de cumpleaños, es que hoy cumplo 75.

-La arquitectura de finales del siglo XX y principios del XXI no tiene como la de entre guerras la voluntad de alcanzar la condición estilística. He tenido que recorrer diversidad de situaciones que me han obligado a prescindir de esos rasgos. Lo que realmente tiene importancia es la capacidad de resolver los problemas que se nos plantean.

-De usted no solo se destacan los grandes edificios sino también las grandes enseñanzas. ¿Está orgulloso de haber sido maestro de grandes arquitectos?

-Claro. Mi vida profesional está en paralelo a la condición de enseñante. Reflexionar y dar un soporte racional a la obra que se hace da consistencia al mundo de las ideas en la realidad. Por otro lado, investigar es una de mis pasiones. En la ciudad hay toda una historia depositada en la arquitectura y reflexionar sobre eso me apasiona, porque es demostrable que muchos edificios por su interpretación ayudan a saber en qué modo se responde a las necesidades actuales. De hecho mi obra constructiva ha sido menos dilatada porque he estado reflexionando.

-Todo está en crisis. También la arquitectura. ¿Su estudio lo ha notado?

-Se nota porque al final el cliente prefiere contactar con los grandes estudios. ¿Y sabe lo que va a pasar? Que este oficio, tal y como lo conocemos, desde el punto de vista artesano, está en vías de desaparecer.

-De todas sus obras, ¿cuál es la niña de sus ojos?

-No quiero ser evasivo, pero he puesto siempre el mismo interés en todo lo que he hecho. Podría decir que resolver un problema arquitectónico cuando ha sido complejo me aporta un orgullo especial, pero por ejemplo el Museo del Prado me tuvo cuatro o cinco años intentando resolver un problema complicadísimo y no por eso me siento más apegado a él. Sin embargo, le diré que me da cierta satisfacción hacer edificios que contribuyan a extender la vida de la ciudad, como la estación de Atocha, o el Kursaal de San Sebastián.

-Defienda la idea de la arquitectura como un arte.

-Creo que las artes plásticas, el cine, la música... todo impregna la arquitectura, que requiere como todas de una conexión intelectual, por otro lado tiene otras obligaciones que le llevan a establecer aspectos específicos de un arte singular.

-Un pajarito me ha dicho que tiene una espina clavada en Asturias.

-Sí, es cierto. Estuve a punto de hacer el auditorio de Oviedo y... Pero de eso no quiero hablar ahora. Hoy es un día de agradecer a Asturias.

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