Un informe psiquiátrico rebaja la pena para el homicida de Emma Real Armayor

De no haber sido un delito de sangre, uno de los incluidos en la Ley del Jurado, ya habría concluido el proceso contra V. M. D. C. P. E., el hombre de 41 años acusado de matar a su esposa en abril de 2010 en su piso de la calle Viseu, en Ciudad Naranco. Estaría finalizado porque ayer, en la primera sesión del juicio, el Ministerio Fiscal y los abogados de la acusación particular y la defensa llegaron a un acuerdo: los tres piden 12 años de prisión por un delito de homicidio con el agravante de parentesco y el atenuante de alteración psíquica. La decisión última corresponde, sin embargo, al Tribunal del Jurado, que hoy recibirá en sus manos el objeto del veredicto.

Estaba previsto que el proceso por el crimen de Emma Real Armayor, que a su muerte sumaba 47 años, se prolongara durante toda la semana. Una prueba psiquiátrica presentada a última hora por la defensa cambió los planes. El informe corrió a cargo del psiquiatra Julio Bobes que, tras examinar al imputado, concluyó que en el momento de los hechos, cuando estranguló a su mujer e intentó simular su suicidio, tenía «mermadas sus condiciones cognitivas». Hasta ayer las pruebas realizadas por los peritos eran contradictorias; unas apuntaban a que tenía un trastorno y otras decían que mentía, que simulaba.

De hecho, las peticiones iniciales de las partes eran totalmente opuestas. La defensa pedía la libre absolución por el trastorno psiquiátrico; el fiscal delegado de Violencia de Género de Asturias, Gabriel Bernal del Castillo, solicitaba 14 años de prisión por un homicidio; y el abogado de la acusación particular elevaba la condena a 24 años por un asesinato, pues consideraba que el hombre había actuado con alevosía.

«Actuó de forma fría y desalmada. Intentó escaparse, pero la llave se rompió en la cerradura y la mitad rota estaba en su llavero. Además, quiso simular un suicidio y llamó a la familia diciendo que a la mujer le había dado un ataque al corazón. Y no concurre, por mucho que nos digan, un atenuante», argumentó en las alegaciones previas a la declaración del acusado el abogado de la acusación particular, Jorge García. Su compañero de profesión Jorge Cueto, representante del inculpado, aseguró que algunos puntos del suceso, como el hecho de que vertiera pegamento en la boca de su esposa, ya muerta, o que asegurara que «la mujer le estaba envenenando y haciendo brujerías ya denota que no está en su sano juicio». «El 2007 el hombre tuvo un accidente de tráfico, pasó un mes en coma, que le dejaron daños cerebrales», insistió

Tras la clarividente confesión de V. M. D. C. P. E. todos coincidieron en solicitar doce años de prisión. El hombre, de origen portugués, reconoció haber golpeado y estrangulado a la fallecida, para a continuación trasladar el cadáver al dormitorio y clavarle un cuchillo en el costado, que limpió y colocó en la mano izquierda de la mujer (en la derecha puso un teléfono móvil); dijo también que Emma le quería dejar, pero que no sabía porqué y que las discusiones entre ambos eran frecuentes.

Con el informe psiquiátrico y la confesión del acusado, el juez propuso que se leyeran las conclusiones finales y ordenó un receso de 20 minutos. De vuelta a la sala, el fiscal tomó la voz cantante y explicó a los miembros del jurado popular que las partes habían llegado a un consenso, basado en los informes y la documentación del sumario, no solo en base al testimonio. «Mató a su pareja intencionadamente y en el momento de los hechos tenía levemente mermadas sus capacidades. No hay motivos para que un tribunal considere probado lo contrario», explicó, apoyados por los abogados. Hoy a las 11.00 los jurados recibirán el objeto del veredicto y determinarán el grado de culpabilidad del acusado.