El Avilés hospitalario y generoso

Lo mejor de Avilés volvió ayer por la noche a protagonizar la cena pascual organizada por la Cofradía de El Bollo en los salones del Hotel NH Palacio de Ferrera y que este año homenajeó al que fuera párroco de San Nicolás, Ángel Garralda, y contó con Demetrio Reigada como pregonero de la velada.

«Es un honor y espero estar a la altura porque la Cofradía de El Bollo ha tenido pregoneros excepcionales, de un gran nivel como Tony Fidalgo, que improvisó un pregón perfectamente hilvanado», confesaba horas antes del encuentro el periodista Demetrio Reigada.

El que fuera redactor de LA VOZ DE AVILÉS y también el delegado de EL COMERCIO en Avilés tras la jubilación de Venancio Ovies no defraudó las expectativas con un pregón que presentó dos líneas: una más íntima, donde fueron de la mano los recuerdos de su llegada a Avilés y también sus inicios profesionales en LA VOZ DE AVILÉS; y otra más reivindicativa de la ciudad y su importancia en la historia y la cultura.

«El pregón empieza agradeciendo a Avilés la hospitalidad que tuvo con mi familia cuando mis padres llegaron en la década de los 50», explica Reigada. El pregonero recordó como su familia abandonó su Vegadeo natal para buscar un mejor futuro en una ciudad que crecía al ritmo de la creación de Ensidesa.

«En un momento muy propicio para la desconfianza ante el aluvión de personas que venían de toda España, encontramos la generosidad de familias de avilesinos, que abrieron sus casas y sus corazones, dándonos la oportunidad de ganar la vida de forma honrada. Es algo que agradezco muy sinceramente», comentó Demetrio Reigada.

También tuvo palabras de elogio para la familia Wes, especialmente para el que fuera director de este diario, Juan Manuel Wes López, con quien tuvo la oportunidad de comenzar a trabajar en lo que sería «mi casa a lo largo de diez maravillosos años». Reigada recordó expresamente «a doña Jesusa López Marqués cuya rectitud de carácter en ocasiones confundimos con una dureza que a todos nos atemorizaba y gracias a la cual -estoy seguro- a la empresa le ha ido bien y con ella, a todos los que allí hemos trabajado».

En su intervención, el pregonero concluyó que los diferentes ejemplos de generosidad y hospitalidad que tanto él como su familia encontraron en la ciudad, forman parte de la forma de ser de los avilesinos, no sólo un rasgo distintivo de una u otra persona.

De ahí que no dudase en reconocer que «no entiendo las actitudes de que quienes dicen haber puesto a Avilés en el mapa o que hasta hace cuatro días nos comían las ratas, cuando un avilesino fundó la primera ciudad en Estados Unidos, el tratado de adhesión de España a las Comunidades Europeas lleva la firma de un avilesino como Fernando Morán, y son muchos los avilesinos que han aportado a la cultura española y universal como Bances Candamo, Armando Palacio Valdés o Juan Carreño Miranda». Es decir, una ciudad con un pasado y, también, con un futuro a pesar de los momentos difíciles actuales y que Demetrio Reigada también aludió en la recta final de su intervención.

Ante la crisis actual, el pregonero reivindicó «un valor fundamental de la Cofradía de El Bollo como es la unidad en la lucha por lo que nos es común», como una herramienta imprescindible para asegurar ese futuro.

La Cofradía de El Bollo aprovechó también la cena anual de cofrades para homenajear al que fuera párroco de San Nicolás, Ángel Garralda, estrechamente vinculado a la entidad. El sacerdote reconocía ayer su satisfacción por un premio que recibía «con mucha alegría», ya que en él veía «la gratitud de un pueblo por una obra hecha para ellos y con ellos».

Precisamente, Garralda recordó como en 1976 la Cofradía, entonces presidida por Víctor Urdangaray, organizaba la primera cena pascual tras una sugerencia suya, «que aceptaron en unos momentos difíciles en los que había que luchar para mantener la Cofradía y la revista».

La Cofradía de El Bollo celebrará hoy domingo, a partir de las 11, su misa de cofrades y, a las 12.30 horas, repartirá el bollo y el vino en la campa de San Nicolás como es tradicional.