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BERNARDO CANGA Y CARMEN PIÑÁN
Viernes, 16 de diciembre 2011, 03:37
Una Marcha Jovellanista a Covadonga se realizará este domingo, saliendo de La Riera, con visita a La Santina; por el mismo itinerario que hizo el prócer hace dos siglos. Esta zona está plagada de puentes romanos o medievales (hay ocho). Aunque la vía histórica principal al Real Sitio de Covadonga (y a sus famosos lagos) siempre fue por el Camín de la Reina, que venía desde el centro de Asturias, pasando al final por Següencu y Peñalba; ahora vamos a describir esta ruta de los puentes romanos de Covadonga, ignorada por los asturianos en general (y lo que es peor, por las autoridades).
La ruta (a diferencia de la jovellanista) es saliendo junto a la capilla de San Andrés de Soto de Cangas, en las cercanías de La Venta y del Campu La Jura (donde se dice fue coronado Don Pelayo), se toma la afamada Ruta del Garrapiellu que llega hasta estos lugares desde Gijón. Entre Soto de Cangas y Covadonga hay media docena de kilómetros, que se acortan algo por la nueva pasarela y senda verde de Muñigo al Real Sitio. Al poco tiempo de tomar el camino citado y antes de llegar a la acera que bordea la carretera AS-262, se cruza el río Covadonga o Reinazo por el primero de los citados puentes romanos o medievales (el de Sotu). Tras unos tres kilómetros por la AS-262 se llega a La Riera. En esta localidad estaba en tiempos de Jovellanos la Casa del Abad; y se puede ver (y cruzar), sobre el citado río, un puente romano, a la izquierda de la carretera. A la derecha hay otros dos más pequeños, uno entre la iglesia de San Justo y Pastor de La Riera y el cementerio (cerca hay un maravilloso tejo milenario) y otro unos metros más arriba, al lado de un centenario molino de agua. Ambos están en la antigua calzada (o 'Calzadina') que sube a Pozobal y Següencu, desde La Riera; y que, aunque cuenta aún con su empedrado original, está abandonada y en desuso. Estos dos pequeños puentes están sobre el río, o arroyo, de La Fuente Mojosa. Desde La Riera se sigue por la carretera que traíamos, un kilómetro más, hasta Muñigo; para cruzar, a la izquierda, por otro puente romano y dirigirnos al nuevo aparcamiento de la zona. Un poco antes de atravesar ese puente (el quinto de la ruta), a la derecha de la carretera queda otro pequeño puente muy antiguo (también posiblemente romano) totalmente olvidado y descuidado. En Muñigo se puede tomar la nueva senda verde (con gran pasarela de madera incluida) que en algo más de un kilómetro y medio nos sitúa ante la Basílica de Covadonga.
Pero, si seguimos otro kilómetro, desde Muñigo, por la carretera AS-262, llegaremos al Repelao. Allí, cerca de la antigua estación ferroviaria y oficina de turismo, hay otro pequeño puente sobre el río Reinazo. Y finalmente, medio kilómetro más arriba, ya en Covadonga, en el Parque del Príncipe, está el octavo puente romano de la ruta, casi a los pies de La Santina. La caminata se hará bien en una hora y media a paso suave. En tiempos de Jovellanos la ruta mejor era esta, por Soto de Cangas y La Riera. Y él comentó en 1790, en una de sus visitas a Covadonga: «. Cangas de Onís. A las siete a caballo. Excelente camino; mucho arbolado, como en todo el país; el río a la izquierda; lugar de Soto; después La Riera, donde la casa del abad. Gran Montaña de Covadonga; lo mismo en la cima; lo demás escarpado y derrumbado. Al río llamado Reinazo, por el nombre de las praderas que están en la cima donde nace y se sume, se le une por su derecha, el de la Gusana.». Y «. A Covadonga. En lo alto de la peña (Auseva) corre el río, que se sume en la cima (Orandi); y cae por el centro para brotar al píe en la antigua Cueva.».
Pocas personas saben que en la ruta que hacía Jovellanos, entre Soto y Covadonga, hay nada menos que ocho puentes romanos, además de tejos milenarios y centenarios molinos. Un patrimonio que es preciso divulgar, ponerlo en valor; y, si se puede, cuidarlo, o por lo menos inventariarlo oficialmente.
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