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FERNANDO G. DE DIOS
Viernes, 2 de diciembre 2011, 03:38
Nadie se imaginaría a un exinternacional de la selección española masculina de fútbol dirigiendo el tráfico en una gran ciudad. La agente Antonia Is Piñera, 'Toña' como se le conocía futbolísticamente, fue toda una pionera que marcó escuela y que continúa ejerciéndola. Es la deportista asturiana que más veces lució la camiseta de la selección absoluta de fútbol hasta el momento, con un total de 33 ocasiones. Hoy aquella líbero de grandes cualidades técnicas y físicas sigue dirigiendo y ordenando, pero en esta ocasión el tráfico en Oviedo.
Toña se siente «muy orgullosa» de haber sido una de las mujeres que han tenido que pasar tantas penurias por querer practicar un deporte impensable para las mujeres en aquella época. Gracias a ello, ve como «las chicas hoy en día pueden practicar este deporte como cualquier otro».
Su pasión por el fútbol viene de muy atrás. «Jugaba en el barrio con mis hermanos y amigos, hasta que a los 14 años empecé a entrenar con un grupo de chicas para jugar un partido con motivo de las fiestas del barrio de La Corredoria». Aquel equipo era el México de La Corredoria, conjunto que se pasaría a llamar Tradehi y posteriormente Peña Azul, aunque en la actualidad todos lo conocen por Oviedo Moderno. Así fue su comienzo en el fútbol femenino. A partir de ahí llegaría un rosario de distinciones a título individual y colectivo, como, por ejemplo, una semifinal de la Copa de la Reina.
Dado su talento con el esférico, la jugadora ovetense comenzó a llamar la atención del cuerpo técnico de la selección, hasta convertirse en una de las asiduas a las convocatorias. «Es un orgullo para mí poder decir todavía esto con la cantidad de buenas jugadoras que ha dado Asturias desde entonces, como Montse Tomé, Irene del Río o María Rodríguez, 'Maru'. Esto demuestra que no es nada fácil mantenerse durante mucho tiempo en una selección nacional y que para estar ahí hay que sacrificarse mucho, renunciar a muchas cosas y, como no, que las lesiones te respeten, pero merece la pena», destaca con entusiasmo.
El gol a Eslovenia
En su etapa como internacional, algo que no olvidará fácilmente fue su participación en la mayor goleada de la selección. Fue un 20 de marzo de 1994, cuando España venció por 17-0 a Eslovenia en la localidad gerundense de Palamós.
«Fue histórico. Tuvimos poco trabajo en defensa. Yo quería subir al remate en algún córner, pero el seleccionador no me dejó en ningún momento. La verdad que fue un día que entraba todo. Hay que decir que no fui la única asturiana que participó en esa goleada, también estaba mi compañera de equipo Merce, una de las mejores futbolista que ha dado Asturias», rememora con cariño.
Este no es el único hito en el que participó. Conquistó el tercer puesto en el Campeonato de Europa de Suecia y Noruega de 1997, logrando el mayor éxito de la selección femenina de fútbol absoluta hasta ahora. Toña, única asturiana en participar en una fase final con 'La Roja', destaca que «fue una experiencia inolvidable, ya que nadie daba un duro por nosotras».
Por primera vez en su extensa carrera deportiva se sintió «como una profesional del fútbol. Nos habíamos sacrificado mucho durante los meses anteriores al campeonato. Nos concentrábamos unos cinco días al mes para entrenar juntas y casi un mes antes del campeonato nos llevaron a todas en el Centro de Alto Rendimiento de San Cugat del Vallés, donde trabajamos muy duro mañana y tarde y los resultados se notaron».
Prueba de ese trabajo fue lograr la medalla de bronce tras caer frente a Italia, finalista del torneo, que finalmente no pudo alzarse con el título frente a Alemania.
El fútbol no se deja
Actualmente Toña no ha colgado del todo las botas. Aunque trabaja en la sección de tráfico de la Policía Local de Oviedo, todavía pisa el césped para recordar viejas experiencias y transmitírsela a los más pequeños.
Esta temporada dirige a un equipo de alevines de primer año del Club La Corredoria. «Tengo un grupo de niños maravilloso, entre los que se encuentra mi hija Paula, que es la portera». De todos modos, esta experiencia en los banquillos no le pilla de sorpresa.
Hace unos años estuvo en las categorías inferiores del Oviedo Moderno, donde llegó a dirigir a jugadoras de la talla de Maru, Andrea o Irene del Río, aunque tuvo que desligarse de la entidad verdinegra al poco de nacer su hija. «Hay prioridades en la vida, y ella era una de ellas», dice orgullosa esta exjugadora, pero sobre todo madre, que acude todos los lunes a los campos de la Federación en Roces para ver a su hija adoctrinarse en la posición de guardameta a las órdenes del equipo de Dorsal 13.
«Si los equipos profesionales se involucraran un poco teniendo una sección dedicada al fútbol femenino, se solucionarían muchos problemas. Incluso pienso que los padres no pondrían reparos a que sus hijas practiquen el fútbol, como no se oponen a cualquier otro deporte», sentencia Toña.
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