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El tríptico que el abogado atribuye a Da Vinci permanece a buen recaudo. :: E. C.
«Tengo la clave de Da Vinci»
Sociedad

«Tengo la clave de Da Vinci»

El abogado gijonés Eladio de la Concha cree haber encontrado en el patrimonio familiar un Leonardo, según sus investigaciones sobre el patrón numérico phi

ALEJANDRO CARANTOÑA

Sábado, 26 de noviembre 2011, 09:54

Hace años, muchísimos años, el padre y el tío del abogado gijonés Eladio de la Concha encontraron un cuadro entre los fondos familiares.

Con el tiempo, descubrieron que bajo la primera capa de pintura del tríptico había otra, que descubrieron en los años 60. Ahí quedó la historia, hasta que hace una década De la Concha empezó a sospechar que lo que tenía entre manos era ni más ni menos que un Da Vinci.

Eladio de la Concha recibe en su despacho, cerca del Puerto Deportivo de Gijón. Está forrado de anaqueles, de maderas y destila cierto aire antiguo, solemne: no hay ordenador sobre la mesa, solo carpetas. Y en las paredes, libros y libros de derecho... y de Da Vinci.

Antes de empezar a relatar su historia, extrae un puñado de folios de la estantería y empieza a pasarlos. Cuenta («No quiero divagar, no quiero aburrirte») sus hallazgos como una metralleta: no son pocos.

«En un primer momento», relata, «se atribuyó a la escuela flamenca. Pero mirándolo, mirándolo...»

La alineación que sigue al hallazgo del cuadro en sí, el tríptico que se puede contemplar al lado de estas líneas, es el descubrimiento por parte de Eladio de la Concha de un patrón matemático en otros cuadros de uno de los artistas más conocidos de todos los tiempos.

Empezó a hacer mediciones y a hallar coincidencias, coincidencias que, bajo su criterio, son abrumadoras e innegables: se descargó unas plantillas de internet y empezó a colocarlas, impresas en transparencias, sobre distintas obras y detalles de obras de sobra conocidas de Leonardo Da Vinci, como por ejemplo, 'La dama del armiño' que, por cierto, ha llegado de «visita» a nuestro país este año.

Esas coincidencias, esas claves, para De la Concha «cambiarán muchas de las opiniones avaladas hasta la fecha por los máximos expertos en el autor florentino».

El letrado blande, entonces, un tomo de una de las mayores autoridades en la materia, el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Oxford Martin Kemp. Tiene algunos párrafos marcados con un rotulador fluorescente verde, en los que Kemp afirma que no se puede asegurar que Da Vinci utilizara patrones matemáticos en la concepción de 'La última cena'. Sin embargo, para De la Concha el experto está «totalmente perdido», y exhibe, con su transparencia situada sobre la famosísima pintura, la coincidencia de diversos puntos esenciales de la composición con una compleja trama. Casan a la perfección.

«Es un phi clarísimo», afirma como un árbitro convencido de su decisión en un partido de fútbol. Y este phi, el número áureo, «que está por todas partes», también se encuentra en el tríptico presuntamente davinciano que su familia guarda «fuera de Asturias, a buen recaudo, por motivos de seguridad».

Toda esta serie de detalles, recopilados a lo largo de una década, son los que ahora le tienen a él y a su sobrina, Carmen Capelastegui, doctorada en arquitectura, enfrascados en la aventura de superponer los patrones áureos (o divinos) y de profundizar en la obra completa de Da Vinci.

En su día no lograron que El Prado prestara la debida atención a su tríptico. La lucha puede seguir, desde luego, pero ahora, lo esencial para Eladio de la Concha («Ya me atrevo con teorías») es mostrar al mundo su personal «revolución en el mundo del arte y de la Historia». Y remata: «Tengo la clave de Da Vinci».

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